¡Suscribite al Newsletter!
Lo que necesitas saber, desde donde necesites
Para continuar, suscribite a Todo Jujuy. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITEUn centenar de personas respeta chistando bajito el “no hay más lugar" que explica una voluntaria. Otros quinientos fanáticos corren hasta una loma próxima para cogotear la final. El estadio de básquet, que también fue pista de breaking, estalla por otra medalla dorada criolla.
Y los chicos corren porque apareció #Pandi, el codiciado yaguareté, la mascota oficial que no se vende entre el público. Y otros niños toman clases de remo. Y una señora alienta a un palista turco que le cayó simpático. Y todo, en suma, es una locura. Una locura hermosa que contrasta al pesimismo que reinó en la previa, algo inherente a nosotros.
Y así como cada uno de los cuestionamientos en torno a dónde deberían ir a parar los recursos del Estado cuando el Estado se rompe son atendibles, también hay que darle paso a la realidad que salió primera: los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 fueron un suceso popular que excedió a una gesta deportiva puntual; alrededor de ochocientas mil personas que transitaron los parques hicieron de esto una fiesta.
Repasando el punto anterior, no debería ser sólo una cuenta matemática (que inevitablemente expondrá a un número en rojo) la unidad de medida para comprender la dimensión de estos Juegos para menores de 18 años.
El legado, que todavía no se ve en perspectiva, es inconmensurable. Miles de estudiantes de escuelas primarias, deportistas amateurs de clubes de barrio, familias completas y los cientos de miles que siguieron eventos por televisión fueron atravesados por el más esencial espíritu olímpico, ese que está impregnado de respeto por el rival, que es oponente pero nunca enemigo.
Si al número rojo lo exponemos de frente al legado, el balance parece positivo. Y la infraestructura, por cierto, que hará a estos atletas aún más competitivos.
El ENARD (el ente mixto que patrocinó al desarrollo de los deportistas argentinos), el plan diseñado para Buenos Aires 2018, el aporte privado y el voluntarismo (fundamental) hicieron de los 142 representantes locales un plantel a la altura.
Y más allá de la cantidad de medallas doradas, plateadas o de bronce que realzan las historias y los nombres propios, vale ponderar la otra cara de estos Juegos: la preparación, los cambios de hábitos y de hogares, las responsabilidades y los desafíos.
Cambió la vida de estos hombres y mujeres para siempre. Hoy, estos atletas son mejores personas respecto de la versión anterior. Es un nuevo punto de partida que valoran muchísimo. Los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 fueron un suceso popular que excedió a una gesta deportiva puntual.
FUENTE: nota.texto7
Recibí las noticias en tu celular sumándote al Canal de WhatsApp de TodoJujuy.com. Ingresá al siguiente enlace: https://whatsapp.com/channel/0029VaQ05Jk6BIErMlCL0v0j
Si querés, podés activar las notificaciones.
Además, podés comunicarte con nosotros a través del WhatsApp de las Noticias al 3885007777.