Rafael Nadal acababa de ganarle a James Duckworth en su debut en el Abierto de Australia, uno de los torneos más importantes del circuito. La victoria por 6-4, 6-3 y 7-5 había sido lo suficientemente tranquila y cómoda como para que la conferencia post partido fuera muy distendida, pero nunca pensó que tanto.
La situación, que no es la primera entre un deportista y periodistas especializados, generó más una carcajada. Cuando el español estaba por responder a una de las consultas, notó que un periodista se quedó dormido en plena rueda de prensa y estalló en risas.
Nadal comenzó a hacer gestos y a hablar en voz baja para que todos lo vieran al periodista. No pudo contener la risa y comenzó con las bromas: "Es insólito, es insólito". Y continuó: "Hoy no debe de ser interesante lo que tengo para decir".
Todos se sumaron a las risas. El periodista en cuestión es un italiano, conocido en el ambiente tenístico, Ubaldo Scanagatta. Nadal miró al periodista italiano y le dijo: “¡Buongiorno, Ubaldo!”. Todos se quedaron atentos a las caras del tenista español y a la reacción del periodista que le pidió disculpas a Nadal, que con muy buena onda cerró el tema con otro chiste: "Sé que has cerrado los ojos para estar más concentrado en lo que estaba diciendo".
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