Gimnasia y Tiro sufrió una dura goleada, de esos cachetazos que no está acostumbrado a recibir: fue 4 a 1 ante Altos Hornos Zapla en el Gigante del Norte, desnudando sus inconvenientes defensivos y encendiendo la alarma, pese a estar ya clasificado y tranquilo, aunque su tranquilidad en la tabla de posiciones no reflejó para nada el nerviosismo de su cuerpo técnico en el final del partido.
El albo arrancó enchufado y sin ceder ventajas, tras pasar su primer sofocón al minuto, con un remate de Maxi Acosta que hizo temblar el palo izquierdo de Dei Rossi.
Y pese al catastrófico resultado del final, mostró argumentos como para arrancar en ventaja porque Motta se encendió y se comprometió con la gestación, porque Bulgarelli fue siempre opción de ataque y porque Amieva y Silba las peleaban todas ante el barullo que con criterio le planteó un Zapla que se defendió bien.
Era el local el que manejaba el balón, pero Zapla las pocas veces que atacó fue punzante y avisaba, como cuando hizo agigantar a Dei Rossi, un suplente que mostraba bajo los tres palos seguridad de titular: primero al despejar un remate de Garnier (18’) y dos minutos más tarde al sacar con grandes reflejos un cabezazo de Coria con destino de red.
El cántaro iba seguido a la fuente al punto que a los 24’, tras un centro anunciado y una infracción de Bárzola al ‘9‘ en el área derivó en el penal, que el mismo Coria transformó en gol a los 25’, desde los doce pasos.
Pese a las dos acciones que antecedieron al tanto merengue, era el albo el de mejor intención y el que había hecho mayores méritos por monopolio de pelota; siendo una vez más la tendencia la pimienta de tres cuartos de cancha hacia adelante que le permitió clasificar dos fechas antes; y las falencias en la contención y en la última línea.
Gimnasia, con el correr de los minutos hacía méritos para empatarlo y lo consiguió al final del primer capítulo. Antes, Bárzola probó los reflejos de Tantoni con un tremendo bombazo (31’) y el líder, de buen juego asociado, pero errático en la puntada final, encontró la justa igualdad con una gran corrida y mejor pase certero de Fabio Giménez para que Amieva defina cruzado y con oficio ante la salida del "uno" jujeño (43’).
En el complemento, Gimnasia dejó avanzar a un Zapla urgido y apurado, con la complicidad también de un Correa que para el local aplicaba rigor en las divididas y para la visita una notoria permisividad. A los 15’ Dei Rossi le tapó un mano a mano de Coria cuando se había dormido la defensa. Luego, llegó la roja a un impotente Bárzola y el albo tuvo que remarla cuesta arriba, como en el clásico.
Tal es así que no resignar a su vocación ofensiva le jugó una mala pasada y en una contra en la que la visita agarró dormida a la última línea de Gimnasia, Abraham puso el 2-1. Y el descalabro defensivo del albo se mostró en todo su esplendor a los 36’, cuando el mismo Abraham armó la jugada que terminó empujando en la línea Pascuttini, para estampar el 3-1 y liquidar el pleito.
A los 42’ llegó el cuarto, otra vez a los pies de Abraham, siempre Abraham, cuando Gimnasia estaba nocaut y para el cachetazo ofreciendo todas las bondades defensivas posibles y comenzaban a asomar en la platea algunos reproches a Bianco.
Así terminó el partido, con una goleada inesperada para Gimnasia, que cortó el envión con el clásico, que se descompensó con la expulsión, que expuso al desnudo sus dificultades defensivas y que debe calmarse y no ingresar en el caos a la primera de cambio, pensando seriamente en la segunda fase.
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