A principios de noviembre estalló la noticia de que la hasta entonces idílica y glamorosa relación de Wanda Nara y Maxi López se había terminado y, desde entonces, la historia que Twitter iba desentrañando atrapó hasta al más reacio a la prensa del corazón. Despechada, la rubia que bien sabe de escándalos, salió a contar todo lo que se había estado guardando en cinco años de matrimonio. “Hasta acá llegó mi amor”,anticipaba en aquel momento. Lo que el brillo italiano, los autos caros y tres hijos bellos enmascaraban era básicamente una cosa: las constantes infidelidades de su marido futbolista que trajeron la consecuencia más lógica: descuidos en el sentido más amplio de la palabra.
Tanto en el amor como en la guerra, los personajes y sus roles siguen siendo los mismos. Ella, pura verborragia y pasión. Maxi, diplomático. Recién el viernes pasado, desde Italia, Maxi habló por primera vez y lo hizo en el programa que en Rock & Pop tiene Mariano Closs: “En el momento que volví a Catania ya estaba distanciado; ahora estoy en un momento diferente, que trato de llevarlo. No tener a mi familia cerca no es fácil pero es una situación a la que me tendré que acomodar”.
La ruptura y la distancia del que parecía un “matrimonio perfecto” había sido acordada entre ambos, arreglo que constataron por escrito. Tal como lo pactaron, Wanda volvió al país con los hijos de ambos –Valentino, Constantino y Benedicto–, hasta que López pudiera hacer lo mismo y tener una audiencia de conciliación. La misma finalmente tendrá lugar hoy en los Tribunales de San Isidro.
Durante el mes y medio que ya estuvieron separados de hecho, ella comenzó un romance con un conocido de su ex, Mauro Icardi, argentino y jugador del Inter. Y del metejón casi no quedan detalles por revelar. En tiempo real, se pudo ver nacer y florecer la maratónica relación, lo bien que están juntos, las declaraciones de amor en canciones, la desatada química sexual.
“No hay adulterio porque ya no están juntos de mutuo y firmado acuerdo”, simplificó la abogada de Wanda, Ana Rosenfeld, a PERFIL ante las lógicas dudas sobre la exposición de su clienta, que sigue siendo, legalmente, la esposa de López.
“No están casados en Italia, sí lo están en Argentina. De todas maneras, lo que tiene que ver con los hijos depende de dónde sea el domicilio de ellos y de la madre. Como Wanda vive en Argentina y es quien reclama alimentos, el divorcio se tramita acá”, aclaró a PERFIL. Ante tanto escándalo,López hizo lo suyo: dio de baja las tarjetas de crédito y gestionó con su abogado un “bozal legal”, que impide a ella hablar de él, de sus hijos y de la separación.
Después del encuentro de hoy, los niños se quedarán con López para celebrar las Fiestas. “Por eso me voy a Brasil”, explicó Wanda, que pasará unas vacaciones con su novio.
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