Historias de cárcel. 

Caer y levantarse: la resiliencia como estilo de vida

Juan Carlos tiene 29 años, sufrió abuso y comenzó con las drogas a los ocho años. Está preso por robo, en el penal terminó el secundario y ahora quiere cambiar su vida.
Por  Corina Paset

Dicen que la vida en las cárceles es como se la ve en las películas o series, pero una realidad distinta se vive en la Comunidad Terapéutica que pertenece al Servicio Penitenciario de Jujuy. No es un pabellón cualquiera, los operadores realizan un trabajo incansable para sacar a los jóvenes de las adicciones. Personas que cometieron grandes errores, como matar y robar, pero que aceptan que consumaron hechos gravísimos y ahora deben cumplir una condena en el penal. Ellos entendieron que deben cambiar su vida y tienen un objetivo claro: salir de la cárcel para trabajar o estudiar.

Es la primera Comunidad Terapéutica del país y la segunda de Sudamérica que tiene como fin contenerlos. La Comunidad fue impulsada por el Gobierno de Jujuy hace dos años, un trabajo en conjunto entre el Ministerio de Seguridad de la provincia y el Servicio Penitenciario.

Está compuesta por un equipo de profesionales que atiende a los internos que tienen problemáticas con las drogas o el alcohol. Actualmente hay más de 20 presos que se convirtieron en pacientes dentro de la Comunidad, donde un equipo de psicólogos y trabajadores sociales los acompañan. Hay diferentes historias, algunos asesinaron y otros robaron.

Todo Jujuy y Canal 4 te cuentan la vida de Juan Carlos, de 29 años, que está privado de su libertad desde hace siete años a causa de unrobo. En una entrevista exclusiva, Juan Carlos relata que está preso por tomar malas decisiones en su vida, pero también explica que tuvo una niñez complicada. Sufrió abuso y maltrato desde los cinco años. A los siete le tocó salir a trabajar para llevarle un plato de comida a sus hermanos y a los ocho conoció las drogas como una salida al “calvario” que atravesaba.

“Mi niñez fue algo difícil, tuve mucho rechazo de mi familia. Mi mamá eligió a su pareja a pesar de que nos maltrataba”, comienza a narrar y dice que “perdió su niñez”. “Me escapaba de mi casa y me iba a dormir a la terminal. Tuve la mala suerte de ver como abusaban de mi hermana, y eso se repetía consecutivamente”, sigue Juan Carlos.

El joven cuenta que dentro del penal comenzó a trabajar y estudiar. “Un día terminé el secundario, fui escolta y nunca me llevé materias”. Además, dice que cuando salga de la cárcel quiere estudiar para ser acompañante terapéutico y ayudar a otras personas como lo hicieron con él. Y que quiere ser aceptado nuevamente por la sociedad.

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