Ser joyero es una pasión

Cuenta que el joyero tiene que saber un poco de química, un poco de fundición, aleaciones, laminaciones, estampados, ser forjador y ser creativo.

Captar el gusto del cliente lo mejor posible, uno no es mago, pero trata de interpretar y complacer a la gente, bromea.

Al referirse a los múltiples pedidos y los gustos, una pregunta frecuente es ¿qué puede ser? Se lo preguntan frecuentemente y que a veces tiene que hacer como el psicólogo, preguntar al cliente primero y dejar que explique lo que quiere y como lo quiere.

"Hay que conocer todos los pormenores, por ejemplo si es para un chico o para un grande, para gente mayor o para uno joven, para matrimonio o para un recién nacido, dentro de eso enfocar que se le puede ofrecer.También está la faz económica del cliente, como buen comerciante tengo que saber cuánto quiere gastar y cómo lo puede pagar".

Recordó que varias veces le pidieron hacer algo muy especial que puso en juego todo su profesionalismo, también conoció gustos refinados y muy exquisitos, otros con mucho sentimiento para regalarle a otra persona o simplemente pedidos de modelos exclusivos y que otra persona no lo tenga.

"Ser creativo es una permanente en nuestra profesión. Todo nuestro trabajo es muy rústico y muy artesana". Su mensaje -en calidad del decano de todos los joyeros de la provincia de Jujuy-, es que amen, valoren y cuiden la profesión.

Lamentablemente esto se va perdiendo porque no hay renovación, lamentó el joyero, no se ve a jóvenes entusiasmados con este trabajo que tiene mucha salida laboral. Por su parte, sus dos hijos también abrazaron el arte para así continuar con la tradición familiar de los Alvares de ser joyero.