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SUSCRIBITE Nueva York tiene una de las celebraciones de fin de año más emblemáticas y famosas del mundo. Los fuegos artificiales se suman a las luces de Times Square en el conteo regresivo para llegar al 2020.
La tradición de esta celebración comenzó el 31 de diciembre de 1904, cuando el dueño del New York Times organizó una fiesta de Nochevieja en honor al nuevo edificio del diario en esa plaza, que de allí toma su nombre. Desde entonces, el fin de año en Times Square se ha convertido en un espectáculo que se transmite en directo en todo el mundo y al que llegan personas desde todas las esquinas del planeta.
La famosa bola del conteo (Ball Drop) se eleva a las 18 sobre el edificio One de Times Square y comienza a descender a las 23:59. Tarda 60 segundos en bajar y, cuando termina, durante el primer segundo del nuevo año, llueven nubes de confetti sobre la gente que festeja.
Pero lo que no se puede ver en televisión es que para presenciar el New Year’s Eve Ball Drop hay que hacer largas filas y soportar largas horas de espera bajo cero entre una gran multitud.
A diferencia de los fuegos artificiales de Londres, el Ball Drop es una ceremonia gratuita para la que no se pueden comprar entradas. Es por eso que gente comienza a llegar desde muy temprano - incluso la mañana del 31- para asegurarse su lugar. Además, a medida que la gente va llegando las calles de van cortando y no permiten acceder a nadie.
Además del conteo y el Ball Drop, hay recitales y otros espectáculos. Pero la contracara,además del frío glacial de Nueva York en diciembre, es que no hay baños ni puestos de comida.
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