Un grupo de investigadores en ciencias sociales computacionales de la Universidad George Mason ha revelado a través de experimentos simulados que un contingente de 22 personas representa el umbral mínimo requerido para emprender la fundación de una comunidad humana en el planeta Marte. Los resultados de este estudio se han divulgado en un artículo científico disponible en el repositorio de preimpresión arXiv.
Mientras que la humanidad en todo el globo contempla la perspectiva de eventualmente despachar individuos a Marte y, en un momento posterior, fundar una comunidad en el planeta, los investigadores están investigando vías para sortear los desafíos que obstaculizan el camino hacia la consecución de estos propósitos.
La creación de un enclave humano en Marte representa un desafío de ingeniería de una inmensa complejidad. Dadas las condiciones inhóspitas del entorno marciano, cualquier hábitat en este planeta deberá ser en su mayoría autosuficiente. Además de extraer algunos minerales fundamentales y obtener agua, los pioneros tendrán que depender de recursos enviados desde la Tierra y de tecnología avanzada para satisfacer sus necesidades, como la conversión del agua marciana en oxígeno para la respiración y en hidrógeno como fuente de energía.
"Más allá de los desafíos técnicos y de ingeniería -relata Anamaría Berea, con un doctorado en ciencias sociales computacionales y otro en economía, ambos de la George Mason University y una de las autoras del documento-, los futuros colonos también enfrentarán desafíos psicológicos y de comportamiento humano”.
Y agregó: “Nuestro objetivo ha sido comprender mejor las interacciones psicológicas y de comportamiento de los futuros colonos marcianos a través de un enfoque de modelado basado en agentes (simulación ABM). Buscamos identificar áreas de consideración para la planificación de una colonia, así como proponer un tamaño de población inicial mínimo requerido para crear una colonia estable”.
¿Cuántos en la nave?
Un aspecto que requiere atención, según el grupo de colaboradores que incorporó a los expertos Edgar Arguello, Sam Carter, Cristina Grieg, Michael Hammer, Chris Prather y Clark Petri, implica la determinación de cuántos individuos podrían mantener una comunidad en Marte, particularmente en sus etapas iniciales, y el perfil de personas requerido para alcanzar dicho objetivo.
Con el propósito de buscar soluciones potenciales, el equipo de investigación desarrolló un modelo que emula la estructuración de una colonia en Marte. Su enfoque se centra de manera específica en determinar la cantidad de individuos requeridos para establecer un asentamiento factible en el primer paso hacia la colonización permanente de ese planeta, así como en los atributos que probablemente contribuirían al éxito de este proceso.
Para alcanzar este objetivo, recurrieron a información obtenida de múltiples investigaciones previas. Esto incluyó la recopilación de respuestas de cuestionarios completados por equipos de expertos que trabajan a bordo de la Estación Espacial Internacional, así como considerar a aquellos que residen en condiciones de espacios reducidos en el Ártico durante períodos prolongados. Durante este proceso de recopilación de datos, se buscó información sobre las cualidades de personalidad identificables, junto con otros aspectos como la capacidad de manejar el estrés, las aptitudes sociales y el nivel de tendencia hacia la neurosis.
El grupo de científicos llevó a cabo cinco experimentos simulados, cada uno de los cuales representó 28 años terrestres de existencia en las colonias marcianas. Durante estas simulaciones, se realizaron ajustes en diversas variables, incluyendo la cantidad de individuos en una colonia de Marte y diferentes características de personalidad. “Las interacciones entre agentes con diferentes perfiles psicológicos se modelan a nivel individual, mientras que eventos globales como accidentes o retrasos en el reabastecimiento de la Tierra afectan a la colonia en su conjunto”, explicó Berea.
Después de llevar a cabo un examen minucioso, determinaron que un grupo de al menos 22 individuos era el requisito mínimo para establecer una colonia potencialmente factible. Asimismo, observaron que aquellos con personalidades afables, como cabía esperar, no solo tenían una mayor probabilidad de sobrevivir en tal empresa, sino que también contribuían al éxito continuo de la colonia y mejoraban las perspectivas de la comunidad gracias a la armonía grupal.
Además, notaron que aquellos individuos con rasgos de personalidad neurótica eran los más propensos a afrontar desafíos en su tarea y enfrentaban un mayor riesgo de fallecer antes que los demás, lo que suponía una amenaza para la consecución exitosa de la misión en su totalidad.
“Encontramos, contrariamente a otra literatura, que el número mínimo de personas con todos los tipos de personalidad que pueden conducir a un acuerdo sostenible es del orden de las decenas y no de cientos”, concluyó la especialista.
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