China para muchos es una gran oportunidad o un gran dolor de cabeza. Por algo Estados Unidos y la Unión Europea luchan para que no sea reconocida con el status de economía de mercado. Lo cierto es que cualquier medida que se toma en China tiene una fuerte repercusión mundial. Por ejemplo, instrumentó la posibilidad de que las familias tengan un segundo hijo y la industria lechera salió disparada a ver cómo compite por ese nuevo mercado. De la misma manera, su población cambió su alimentación por otras proteínas y para alimentar los cerdos que consumían no solamente se transformó en el mayor productor de soja sino también en el mayor importador.
Uno de los aspectos que nos permite entender el por qué son tan temidos es el análisis de lo que son los salarios en la República Popular China. Hoy se presenta en la licitación de energías renovables argentinas un gigante como SANY, capaz de producir 2 mil megas de energía eólica, titular de 20 parques industriales, con 35 mil empleados y centros de investigación y desarrollo en Estados Unidos, Alemania, India y Brasil.
El CEO de una empresa de esta naturaleza tiene un salario de 77 mil dólares anuales. Miguel Galuccio, en la perdidosa YPF argentina tenía un salario de 1,6 millones de dólares anuales, prácticamente 20 veces más.
Estos datos sobre los famosos “salarios chinos” permiten dar una idea de cómo logran la competitividad y son un dolor de cabeza para algunos. La cantidad de población que tiene y la escala que maneja, hace que sea una oportunidad para otros.
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