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SUSCRIBITE Un adolescente de 15 años de Alicante, España, se armó una "casa cueva" en el fondo de la casa que comparte con sus padres y la equipó con todo: Tiene una instalación eléctrica que lo provee de luz, calefacción y wifi.
El joven se llama Andrés Cantó y hoy tiene 21 años, pero la aventura la comenzó cuando tenía 15. Una tarde de 2015, Andrés tenía que salir con sus padres a un pueblo cercano, pero como todo adolescente rebelde no quería ir. Tras discutir con sus padres al respecto, el adolescente salió corriendo por el fondo de la casa, donde hay mucha naturaleza.
Muy enojado, el joven corrió lejos de casa y fue directo a ese lugar olvidado en el que la familia había planificado armar una piscina, pero, sin dinero para realizarlo, ahora solo había un pozo. Entonces Andrés agarró un pico que encontró tirado y se puso a golpear la tierra. "No manejaba yo muy bien las emociones", bromeó Andrés al relatar la historia en un hilo viral de Twitter.
Para él era algo así como una terapia. De modo que esta práctica se volvió habitual en él, una manera de manejar la bronca de una forma "constructiva".
Luego de tres años en los que cada golpe de ira agrandaba el pozo, conoció a su amigo Andreu, a quien le comentó la idea que tenía y éste se ofreció a ayudarlo con su moto-pico. Al cabo d eunos meses la excavación era mucho más grande y pasó a tener escaleras. Para seguir bajando, ya necesitaban armarle una estructura y una serie de "cuestiones técnicas" que mantuvieran la aventura en un entorno seguro.
Al poco tiempo su amigo Andreu se cansó de cavar, pero el adolescente había llegado tan lejos que no podía parar. Con un cincel y su pico empezó a dar forma a una cueva en la que ya se podía entrar bajando unos diez escalones y caminar unos pocos pasos por su interior. Para el 2019 el joven había construido la primera habitación, a la derecha de la entrada, de su casa subterránea. Se trata de "una buena bóveda de 2 metros", dijo.
Con el paso del tiempo no solo agrandó la excavación, sino que debió reforzarla con pilares para que no se derrumbe.
Más tarde armó una instalación eléctrica para tener luz dentro de su vivienda, pasó tubos por toda su cueva para tener un sistema de estufas y, además, tiene WiFi. Con un tubo de hierro y un motor, que saca todo el humo hacia afuera, se armó también un horno en su casa cueva.
Andrés decidió compartir su obra en las redes sociales, donde se ha vuelto muy popular, tanto que hasta las autoridades de Alicante decidieron ir a revisar la construcción para verificar que no presente peligro de derrumbe. "Me ha tocado pedir licencia de obras ja", contó el chico sorprendido y anunció que agentes municipales irían a ver la cueva "y a tramitar papeleo". Horas más tarde aclaró en Twitter que "todo está ok".
Los padres primero le restaron importancia, sabiendo que el chico tarde o temprano se iba a cansar, pero al ver que su casa cueva era cada vez más grande, entendieron que el proyecto iba en serio y decidieron apoyarlo en su iniciativa.
Actualmente, Andrés tiene 21 años y sueña con convertirse en actor. Con el revuelo que generó en las redes y la soltura que mostró frente a las cámaras, tal vez ese pozo de 4 metros de profundidad sea su trampolín a la fama.
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