A pocos días de las elecciones generales, y con la incertidumbre por el rumbo que tomará el gobierno nacional en caso de una posible derrota, el reacomodamiento de fuerzas en la política comenzará esta misma tarde en la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT), cuando el sindicalismo unido renueve sus autoridades, en lo que casi seguro será un reparto de fuerzas que deje afuera al Kirchnerismo.
Según los trascendidos que se negociaban ayer hasta última hora, el nuevo triunvirato estará conformado por Héctor Daer, de Sanidad; Pablo Moyano, de Camioneros, y Carlos Acuña, de estaciones de servicio, dejando afuera al líder de la UOM, Antonio Caló, considerado un referente del kirchnerismo.
El grueso de los dirigentes se encontraba reunido desde esta mañana en el predio de Comercio Parque Norte, en Buenos Aires. Como novedad, se concretará primero un Congreso extraordinario que modificará el estatuto para abrir espacios al cupo femenino. Se ampliarán de 25 a 33 el número de secretarías y en cada una de ellas los sindicatos deberán nombrar a un hombre y a una mujer para ocuparlas, los cuales se alternarán dos años el cargo. Luego de esa modificación, comenzará formalmente la reunión que eligirá una nueva conducción.
Un sindicalismo que quiere poder
El regreso del moyanismo a la central de los trabajadores es una muestra de la necesidad de recuperar terreno para un movimiento sindical que perdió espacio en los últimos años, a la par que los salarios perdían poder adquisitivo tanto en el macrismo como en parte del albertismo. Pero también responde a un clima político, donde figuras centrales de la oposición como Horacio Rodríguez Larreta o María Eugenia Vidal debaten abiertamente la necesidad de una reforma laboral que baje el costo de despedir trabajadores.
También es un reacomodamiento de cara a lo que puede pasar con la coalición de gobierno tras una posible derrota electoral el domingo a nivel nacional. Desde los sindicatos apuntan a encolumnarse detrás del presidente Alberto Fernández en un eventual quiebre de relaciones con el cristinismo. Para ello, están preparando una manifestación de apoyo para el miércoles 17 de noviembre, un par de días después de las elecciones, en las que Alberto sería el orador de cierre. Desde el sindicalismo apuestan a garantizar una pax social que permita llegar a 2023 sin sobresaltos. Como contrapartida, uno de los puntos que reclamarían es no revisar la caja de las obras sociales.
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