Así es el pueblo catamarqueño que sorprende a todos con su naturaleza y tranquilidad
Se distingue por su ambiente sereno y su vínculo directo con el entorno natural, lo que lo vuelve una alternativa perfecta para quienes recorren Catamarca.
El paraíso escondido de Catamarca que te sorprenderá con su naturaleza y tranquilidad.
En Catamarca, lejos del movimiento de la capital provincial, existe un pequeño pueblo escondido entre los valles que enamora a quien lo pisa. Es perfecto para poner distancia del caos urbano y cortar con la rutina, ofreciendo una conexión con la naturaleza que pocos destinos pueden igualar. Agenda este destino norteño para tus escapadas de fin de año.
Dónde se ubica Hualfín, pueblo del norte argentino
Hualfín está ubicado en el departamento de Belén, en el extremo noroeste catamarqueño, aproximadamente a 300 kilómetros de la ciudad capital. El paisaje que lo rodea forma parte de los Valles Calchaquíes, una región donde conviven zonas áridas, montañas imponentes y vegetación nativa.
Por su localización, funciona como un excelente centro para explorar atractivos cercanos, entre ellos la tradicional Ruta del Adobe o las reconocidas termas de Fiambalá. También resulta un punto ideal para iniciar recorridos por los escenarios naturales más representativos de la zona.
Catamarca y una oferta única para quienes busque tranquilidad a la hora de hacer turismo por la provincia.
La localidad mantiene su impronta colonial, con calles serenas, viviendas de una planta y un ambiente en el que se mezclan el verde del entorno y los tonos ocres de los cerros. Su clima, mayormente seco y moderado, lo convierte en un destino disfrutable en cualquier momento del año.
Escapadas: ¿Qué se puede hacer en Hualfín?
La propuesta turística de Hualfín gira en torno a la calma, los paisajes naturales y la identidad cultural del noroeste del país. Entre sus mayores puntos de interés destacan unas lagunas de color esmeralda, situadas a corta distancia del casco urbano, cuyo aspecto parece sacado de una imagen de catálogo.
El paraíso escondido de Catamarca que te sorprenderá con su naturaleza y tranquilidad.
En ese lugar es posible realizar caminatas, apreciar la vida silvestre de la zona o, simplemente, descansar frente al agua en un ambiente puro, silencioso y lejos de cualquier rastro de ciudad.
Asimismo, quienes llegan al lugar tienen la posibilidad de explorar sus proximidades y descubrir la Iglesia de San Juan Bautista, uno de los templos más antiguos de toda Catamarca. Levantada en el siglo XVIII y protegida como Monumento Histórico Nacional, representa una joya del patrimonio provincial.
Otra experiencia imperdible es acercarse a los espacios donde trabajan los artesanos de la zona, ámbitos en los que se producen piezas textiles y objetos de cerámica elaborados con métodos ancestrales transmitidos por las comunidades originarias.
Destaca por su tranquilidad y el contacto con la naturaleza, por lo que lo convierte en la opción ideal para quienes hagan turismo en Catamarca.
Quienes disfrutan de caminatas al aire libre y de capturar escenarios únicos con la cámara encuentran en Hualfín un abanico de paisajes donde se mezclan cerros, quebradas y curiosas estructuras minerales. Muy cerca del poblado también es posible recorrer antiguos asentamientos arqueológicos y pequeñas bodegas artesanales que integran la tradición vitivinícola local.
En conjunto, estos atractivos convierten a la localidad en una propuesta perfecta para viajeros que buscan experiencias genuinas y un vínculo cercano con la identidad cultural de Catamarca.
Cómo ir hasta Hualfín
Para acceder a Hualfín desde San Fernando del Valle de Catamarca, se suele viajar primero por la Ruta Nacional 38 hasta llegar a Chumbicha.
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Desde ese punto, el trayecto continúa por la Ruta Nacional 60 en dirección oeste, que luego empalma con la Ruta Provincial 43, el acceso directo a la localidad. El desplazamiento completo, en vehículo propio, demanda aproximadamente entre cinco y seis horas.
Otra alternativa es utilizar los micros que parten desde la capital hacia Belén; una vez allí, el recorrido puede completarse mediante transportes regionales o mediante excursiones turísticas. Los caminos se encuentran en buenas condiciones y, a lo largo del viaje, permiten apreciar amplias vistas de la precordillera y de los valles que caracterizan al paisaje catamarqueño.