El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ajustado a la baja sus proyecciones de crecimiento para Argentina en 2023. Ahora se estima que el país tendría un crecimiento del 0,2%, en comparación con la proyección anterior de un crecimiento del 2% anunciada en octubre pasado. Este ajuste se da en un contexto de desaceleración económica a nivel mundial.
Paralelamente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza sus proyecciones de inflación para Argentina, estimando ahora un 98% para este año. Esta revisión está en línea con los ajustes realizados en la cuarta revisión del programa argentino con el FMI, la cual fue aprobada hace 10 días y permitió un desembolso de US$ 5.400 millones.
Estas modificaciones en las proyecciones económicas de Argentina están directamente vinculadas con el impacto de la sequía y el contexto de desaceleración económica a nivel mundial. Estos ajustes fueron reflejados en el último informe del FMI, el World Economic Outlook, que fue titulado "A rocky recovery" (una recuperación de roca), haciendo referencia a los desafíos que enfrentan las economías para salir de un contexto adverso.
Las estimaciones del FMI también están en consonancia con los recientes pronósticos del Banco Mundial, que la semana pasada publicó sus estimaciones y proyectó que Argentina no experimentaría crecimiento económico en 2023. Ambos organismos internacionales coinciden en las dificultades económicas que enfrenta el país en el actual contexto, lo cual se refleja en las proyecciones revisadas.
El pronóstico del FMI aguarda que “las economías avanzadas vean una desaceleración del crecimiento especialmente pronunciada, 2,7 por ciento en 2022 a 1,3 por ciento en 2023”.
Paralelamente, el FMI observa que podría dificultarse aún más las cosas a raíz de eventuales coletazos derivados del sector financiero, que todavía se encuentra transitando turbulencias, y señaló que “en un escenario alternativo plausible con mayor sector financiero estrés, el crecimiento mundial se reduce a alrededor del 2,5 por ciento en 2023: el crecimiento más débil desde la recesión mundial de 2001, salvo la crisis inicial de Covid-19 en 2020 y durante la crisis financiera mundial de 2009–con el crecimiento de las economías avanzadas cae por debajo del 1 por ciento”.
Para el Fondo, la economía mundial está una vez más en un momento de gran incertidumbre, con las consecuencias acumulativas de la últimos tres años de shocks adversos, particularmente, la pandemia de Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania, manifestándose de formas imprevistas. estimulado por demanda reprimida, y persistentes interrupciones en el suministro”, resumió, en el arranque de su presentación.
“Los precios de las materias primas se disparan, la inflación alcanzó varias décadas máximos del año pasado en muchas economías, hizo que los bancos se endurezcan agresivamente con sus políticas para traerlo de vuelta hacia sus metas y mantener ancladas las expectativas de inflación”, con consecuencias negativas que aún se resentirán en la economía global, adelantaron.
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