El salario real acumuló una caída del 2% entre enero y julio, en una carrera donde las paritarias organizadas en torno a la meta inflacionaria del 29% anunciada por el ministro Martín Guzmán quedó muy relegada de lo que finalmente ocurrió con la suba de precios generalizada.
El salario real lleva 44 meses de baja al hilo, tal como destacó un informe de la consultora LCG. La caída acumulada desde octubre del 2017 hasta junio del 2021 fue de 24,4%. Es decir, entre las devaluaciones que ocurrieron durante el gobierno de Mauricio Macri y el impacto de la pandemia durante la gestión de Alberto Fernández, se perdió un cuarto del valor de los sueldos en solo cuatro años. Para los trabajadores informales, la caída es de un 33,3%, es decir un tercio de su salario, en el mismo período.
En el caso de los asalariados, la esperanza está puesta en el proceso de revisión de las paritarias, que empezaron a guiarse por la pauta inflacionaria proyectada por los analistas privados, cercana al 43% para los próximos 12 meses. En esa línea, las nuevas paritarias se están manejando por encima del 45%.
Desde la consultora Equilibra señalaron al respecto: “En las semanas por venir, veremos reaperturas de paritarias que actualizarán sus pautas salariales en línea con estos números. Como resultado, el poder de compra de los salarios evidenciará una mejora de 3 puntos en el tercer trimestre y comenzarán a ganarle la carrera nominal a los precios. En tanto, entre las primarias y las generales los salarios reales mejorarán otro punto”.
Junio fue un mal mes para los ingresos asalariados, con una nueva contracción de 0,9% real respecto al mes anterior. La pandemia tuvo efectos negativos sobre los ingresos en general, pero pegó mucho más fuerte entre los trabajadores, principalmente en los más precarios que perdieron casi 10% entre enero y junio.
Los números de la dinámica salarial fueron publicados por el Indec a través del Informe de Salarios de junio. Los datos mostraron un dato positivo: los salarios privados registrados fueron los únicos que lograron crecer por arriba de la inflación, con una mejora nominal de 25,4%. Es decir, una mejora real de casi 0,1%. Eso a pesar de que junio no fue un buen mes y registró una contracción de 1,3% real, ya que la mejora nominal fue de 1,8% y la inflación del mes de 3,2%.
Los que sí empezaron a ganarle a la inflación en junio fueron los empleados públicos, de la mano del giro de timón de la política fiscal, que sobre el cierre del semestre le aflojó al ajuste: crecieron 4% nominal y obtuvieron así una mejora real de 0,8%. Ese cambio de dinámica no logró todavía cambiar el signo, ya que los primeros meses fueron de pérdidas para los empleados públicos. Entre enero y junio cayeron 0,8% real.
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