La audiencia de debate se encuentra en la etapa de recepción de declaraciones testimoniales.
En la Sala VII se llevó adelante la segunda jornada del juicio seguido contra Oscar Emanuel Rodríguez (28) por el delito de homicidio triplemente calificado por la relación de pareja preexistente, alevosía y por mediar violencia de género en perjuicio de Milagros Melina Flores (24). Se trata de un femicidio que tiene en vilo a toda la provincia hace meses.
La fase de testimonios está en curso en la audiencia de juicio. En la jornada de ayer, se presentaron declaraciones de residentes de La Merced que son vecinas de la víctima, así como del médico encargado de realizar la autopsia a la joven.
Una de las personas que rindió testimonio, una residente de Milagros Flores, narró los eventos que tuvieron lugar el 12 de noviembre de 2020 en un lote vacío del barrio San Nicolás. Afirmó que no estaba familiarizada ni con el acusado ni con la víctima, aunque conocía a esta última por vista. Describió que durante el almuerzo con su familia ese día, escuchó gritos provenientes de una vecina, y supuso que perros callejeros estaban atacando a alguien, lo que la llevó a salir para investigar la situación.
Presenció a un joven que corría frente a su casa, evidenciando manchas de sangre en sus manos. Este individuo vestía una camiseta de tonos negro y verde, junto a pantalones oscuros. Inmediatamente, dirigió su mirada hacia el pasaje y avistó a una mujer yacendo en el suelo, con el rostro hacia abajo. Se aproximó al lugar y constató que era su vecina, Milagros. En un intento por ayudarla, buscó darla vuelta, pero otros residentes le advirtieron que no lo hiciera debido a las graves lesiones que presentaba. Al percatarse de la abundante hemorragia en su cuello, solicitó a su madre que le proporcionara un paño para cubrir las heridas.
La declarante rememoró que la joven afectada portaba una mochila en la parte frontal de su cuerpo, y a sus pies se encontraba un cuchillo. Especificó que Milagros también presentaba heridas en los brazos y las manos.
Flores afirmó que la joven no pudo articular palabra alguna, ya que su capacidad de comunicarse estaba limitada, limitándose a expresar su malestar mediante gemidos.
Esta residente hizo hincapié en que solía divisar a un joven ubicado en las proximidades de la residencia de Milagros, ya sea temprano en la mañana o durante la noche. En todo momento, este individuo tenía puesto una capucha. En ocasiones, la joven salía, entablaba conversaciones con él y regresaba al interior de la vivienda, mientras que el joven permanecía en las cercanías.
En el transcurso del día, también compareció ante el tribunal la hermana de la testigo inicial. Afirmó que estaba familiarizada con el acusado, ya que su exnovio solía saludarlo en la vía pública utilizando el apodo "Chuky". Además, mencionó que solía encontrarse con él en el barrio cuando visitaba a su vecina "Mili".
Con respecto a lo acontecido el día del incidente, rememoró que se encontraba compartiendo un almuerzo en su hogar junto a su madre y sus hermanos, cuando percibieron los clamores de una vecina que solicitaba urgentemente que alguien contactara a las autoridades policiales.
Salió al exterior y presenció a una mujer tendida en el suelo en posición boca abajo, con "Chuky" apuñalandola. Subrayó que pudo reconocerlo cuando el individuo se incorporó, con las manos y los antebrazos ensangrentados, y arrojó el cuchillo antes de dirigirse corriendo hacia donde se encontraban ella y su hermano. Fue en ese instante que logró identificarlo claramente. Ante la situación, optaron por regresar a la casa y posteriormente su hermana salió para prestar asistencia a Milagros.
Detalló que observó al agresor de rodillas junto a la víctima, realizando movimientos con el brazo que semejaban apuñalamientos, y notó que el individuo tenía en su posesión un cuchillo.
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