Opinión. 

Inexorable segunda ola

Al parecer la Argentina empieza una segunda ola de COVID-19 y hay preocupación en las autoridades.

Por  CPN Alberto Siufi

Todo indica que la segunda ola del COVID-19 llegó a todo el mundo. Hoy la carrera desenfrenada por la vacuna pone en evidencia a las potencias, quienes hacen sentir su poderío, mientras que los emergentes peleamos en medio del miedo y la desesperación.

Europa enfrenta un crecimiento inusitado de positivos y de muertes, Alemania, Francia y varios países anuncian nuevas medidas restrictivas, sin embargo, en mayor o menor medida la gente aún muestra focos de resistencia. EEUU por su parte ensaya una campaña de vacunación formidable mientras las nuevas cepas desafían a los laboratorios por la eficacia de sus vacunas.

En Latinoamérica, Brasil es el temor del mundo, el país de Bolsonaro está absolutamente descontrolado; Paraguay, Chile y Uruguay con sus sistemas sanitarios desbordados, demasiadas malas noticias llegan a nuestro país que todavía parece respirar con algo de tranquilidad.

En Argentina el crecimiento de casos positivos en esta última semana es alarmante, pero la situación todavía se encuentra en una etapa controlable. Esta falsa calma con la que los argentinos parecemos convivir, desaparece cuando se habla de la deficiente campaña de vacunación. Esta semana en nuestro país la campaña sanitaria da signos de querer activarse, ya que en la última semana llegaron un poco más de 1 millón de dosis, un desahogo para nuevas fechas de vacunación.

En estos últimos días de marzo se prevén nuevos vuelos a Rusia y China, también Oxford –AstraZeneca asegura 4,6 millones de dosis entre abril y mayo más China que ya envió un millón y promete 2 millones más para los próximos 60 días. Argentina compró 56.160.000 vacunas y aspira a acelerar la llegada de dosis, estrategia que permitirá ganarle a la segunda ola de covid-19 con mayor cantidad de población inmunizada. Este es el desafío sanitario en un país que ya entendió y decidió que no puede volver para atrás con su actividad.

En el medio de la pandemia, el viernes, la sanidad realizó un paro en el sector privado de tres horas, se reclama apertura de paritarias y ajuste salarial, la falta de respuesta puede llevar a 24 horas de paro iniciando la semana.

El sector de la salud privado reclama ajuste de sus aranceles hace meses, las medidas de fuerza que llevan adelante sus trabajadores son la consecuencia de los serios problemas de financiamiento por la no actualización de sus ingresos y el crecimiento de sus costos generados por la inflación y por el covid-19. Al momento no se vislumbra una solución al conflicto, incluso muchos parecen no entender la medida generada por Hector Daher habitual aliado del Gobierno.

En la semana también se llevaron a cabo las reuniones con el FMI. El Ministro Guzmán se reunió con bonistas, no lo hizo con el Banco Mundial ,el BID y la Secretaria del Tesoro, pero si mantuvo un encuentro con Kristalina Georgieva titular del Fondo Monetario Internacional, las declaraciones sólo protocolares anticipan que nada se acordó por ahora . Mientras el Ministro buscaba seducir al FMI, Cristina Kirchner en el acto por la memoria, aseguraba que el país no tiene plata para pagar, y marcaba la cancha asegurando que “Argentina necesita plazo y baja de intereses”.

Estas declaraciones fueron un signo claro de que las negociaciones con el organismo serán muy complicadas. Desde el Fondo no tardaron en contestar y fue por parte del vocero del FMI Gerry Rice, quien anticipó que el estatuto del organismo no permite más de 10 años de plazo ni quita de intereses, respuesta directa a una solicitud imposible. Por este tema habló Hebe de Bonafini, muchas veces vocera de Cristina para decir algunas cosas que la vice no puede. Hebe trato de mentirosos al Presidente y al Ministro , dijo que es una deshonra para Argentina el acuerdo, la pregunta es ¿Cuál acuerdo? ¿existe acuerdo? Hay una parte de la historia que desconocemos o una vez más dejaron entre líneas notar la feroz interna del ejecutivo.

La falta de respeto por la institucionalidad ya son moneda corriente, los agravios a la investidura presidencial son lamentablemente frecuentes, hacen pensar que dirigirse así al mandatario de un estado es normal para todos, por supuesto que de esto nadie del gobierno dijo nada, los que si hablaron fueron los actores del mercado, el riesgo país con nueva suba, las acciones y los bonos en caídas estruendosas, hoy los bonos argentinos pagan un 20 % en dólares, tasas de un país en default.

En el congreso, fracasó el intento de la oposición para prorrogar la ley de promoción de biocombustibles, la ausencia de los legisladores oficialistas imposibilitó el quórum. Desde Juntos por el Cambio que convocó faltaron sólo 20 legisladores, el gobernador Schiaretti hizo sentir su bronca por la ausencia de diputados de provincias afectadas. Los tres jujeños del Frente de Todos faltaron más allá de manifestar que están a favor de la prórroga, la política se maneja de otra forma y con otros intereses sin duda.

Otro párrafo del Congreso fue la ansiada sesión especial donde de aprobaron las reformas en el impuesto a las ganancias, con 241 votos a favor y 3 abstenciones deberá ahora volver al Senado para aprobar las reformas introducidas, también se trataron otras tres leyes entre ellas reformas al monotributo.

El debate se vio largamente demorado por los planteos de cuestiones de privilegio, vacunas, DDHH y la situación Formosa fueron las más expresadas. La política argentina cayó a sus niveles de disenso y debate más bajo, todo es chicana, agravio y expresiones de mal gusto que reflejan de alguna manera lo que está pasando en nuestra sociedad, la grieta se adueñó de todo y lo que se ve es una puesta en escena de muy poca monta, las diferencias existentes entre los sectores políticos son igual de grandes que la que tiene la política con un sector de la sociedad, este sector es el que trabaja y aporta sus impuestos sin recibir nada de un estado ausente en todo sentido.

El 26 de marzo se cumplieron 30 años del Mercosur, la pandemia lo limitó a un protocolar encuentro virtual planeado para ser de corta duración. El debate del tema aranceles extra Mercosur disparó la polémica, la crítica fuerte del Presidente Uruguayo Luis Lacalle Pou fue contestada con dureza por Alberto Fernández. Una vez más el respeto por la institucionalidad y la diplomacia faltaron a la cita y la confrontación se llevó los principales títulos del encuentro, demasiadas discrepancias ideológicas para pretender avanzar con el Mercosur.

En materia de COVID-19 al final después de muchas idas y vueltas se tomaron algunas decisiones parciales respecto del tema ingresos al país, 8 días pasaron de la cadena nacional para que se decida cancelar vuelos a México, Brasil y Chile que se agregan a Reino Unido, también se legisló sobre PCR y cuarentena, falta delinear una estrategia clara respecto de las fronteras con Brasil y Paraguay que hoy parecen ser las más conflictivas.

Jujuy, por su parte, reclama también ayuda y reglas claras, la falta de valor de nuestra moneda hace que el transito comercial sea infernal, desde Bolivia donde 4 bolivianos valen 100 pesos pasan a comprar todo lo que esté al alcance y se hace imposible el control de la clandestinidad.

Finalmente, el secreto a voces se concretó, las elecciones en Jujuy serán el 27 de junio, sectores opositores mostraron su disconformidad, muchos creen que debería ser siempre así, los temas provinciales y los nacionales dirimirlos por separado. Lo que no parece caber duda es lo inútil de llevar adelante las PASO, elecciones donde nadie las usa y en verdad son un estorbo en materia económica y hoy más que nunca sanitaria.

Arranca una nueva semana, las miradas están puestas en el covid-19, las vacunas, las nuevas restricciones y cepas que amenazan al país.

Por Alberto Siufi

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