El Gobierno recibió ayer un cachetazo electoral, una piña en las urnas mucho más fuerte de lo que se esperaban en la propia Casa Rosada o incluso en las encuestadoras y consultoras que siguen la política a nivel nacional. Los trascendidos del oficialismo durante la tarde, que signaban una posible victoria del oficialismo en distritos clave como la provincia de Buenos Aires, solo refuerzan el shock que fue para el Frente de Todos el número final a nivel país: En 23 de los 24 distritos sacó menos votos que hace dos años.
Hilando fino entre los datos que dejan las PASO, salvo en La Rioja el gobierno termina las elecciones con menos porcentaje de votos que en las elecciones generales que consagraron presidente a Alberto Fernández. La única excepción fue La Rioja, donde subió del 47 al 52 por ciento.
La provincia que consagró a Carlos Menem fue uno de los siete distritos del país donde ganó el oficialismo, pero en todo el resto con caídas en los votos. En 2019 el Frente de Todos había ganado en 19 de 24 provincias salvo CABA, Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Entre Ríos; pero incluso en estas dos últimas había caído por menos de un punto. Esa diferencia ahora voló.
Para el oficialismo, otro datos clave es que se impuso en provincias con poco volumen de electores, ya que entre La Rioja, Tucumán, Salta, Santiago del Estero, San Juan, Formosa y Catamarca suman apenas el 13% del electorado. En los principales centros urbanos perdió, algunos con hasta el 50% menos de votos que en 2019.
Además de perder por 4,5 puntos en Buenos Aires, el Frente de Todos tuvo malas performances en otros bastiones históricos. Formosa, donde hace dos años sacó un 65 por ciento de los votos, ayer registró apenas un 48,15. En la mitad de los distritos, el oficialismo ni siquiera alcanzó los 30 puntos en estas primarias.
A eso se suma el tercer lugar en distritos como Córdoba, Misiones o Neuquén, donde los candidatos del oficialismo quedaron incluso por debajo de fuerzas provinciales (Hacemos por Córdoba, Frente de la Concordia y Movimiento Popular Neuquino). También figuró tercero en Río Negro, aunque en ese caso orilló los 25 puntos.
En Córdoba, el segundo distrito en importancia del país, el kirchnerista Carlos Caserio arañaba los diez puntos. En la presidencial, aún perdiendo, los Fernández habían conseguido casi 30%. Es decir, en menos de dos años perdió 20 puntos. Parecido en porcentaje a lo que le ocurrió en provincia de Buenos Aires, donde bajó de 52,2% a poco más de 33%. Datos que magnifican el golpazo para el gobierno.
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