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14 de marzo de 2013 - 17:30

El picoteo que hay que evitar

Confituras y panificados. Son los que abundan en las colaciones de los niños cuando regresan a la escuela. Hay que procurar reemplazarlas por opciones más nutritivas y saludables.

El regreso a clases trae consigo un desafío: conciliar una alimentación sana con agendas saturadas, horarios impostergables y compromisos para todos los integrantes de la familia. Ocurre que, mientras que los chicos deben consumir lácteos tres veces al día aproximadamente para cubrir los requerimientos mínimos de calcio, la costumbre extendida es saltear el desayuno y llevar galletitas dulces, alfajores o hasta papas fritas para el recreo. Según la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (Aadynd), estas condiciones crean un alto riesgo de nutrición desbalanceada, y contribuyen al sobrepeso y obesidad infantil.

El rol de la alimentación en la edad escolar es clave porque, “por un lado, es una etapa en la que existe un alto requerimiento de calcio y otros nutrientes para el correcto crecimiento y desarrollo, y por el otro, al pasar muchas horas en la escuela, los chicos realizan más comidas fuera del hogar”, subrayó Romina Sayar, vicepresidente de Aadynd. “Y ocurre que en esta etapa se adquieren y afianzan patrones alimentarios, por lo que la instalación de hábitos saludables será esencial para alcanzar un óptimo estado de salud y desarrollo intelectual”.

El sobrepeso y obesidad infantil representan una epidemia en alza, que atenta contra la salud y el futuro de niños y adolescentes, tanto en Argentina como en el resto del mundo. En el país, el sobrepeso tiene una prevalencia del 35,4 por ciento, y el 18 por ciento sufre de obesidad. Además, existe una escasa ingesta de fibra, calcio, zinc, hierro, vitaminas A y C, así como de frutas, verduras y lácteos, en tanto que el consumo de grasas saturadas, azúcares simples y sodio (calorías denominadas “vacías”, que no aportan nutrientes) es por demás excesivo. Entre las causas de esta problemática se encuentra el comer rápido y mal desde la infancia.

“Actualmente, la alimentación de los niños es en general pobre en nutrientes esenciales y elevada en calorías, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas, tales como sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial y diabetes”, indicó la especialista. “Teniendo en cuenta la situación alimentario-nutricional de Argentina, es fundamental comenzar a trabajar los hábitos desde edades tempranas”, aconsejó.

Sayar dice que es posible pensar en estrategias inteligentes y prácticas, que se ajusten a la necesidad familiar, que permita incorporar valor nutricional y buen sabor. “Un yogur, una fruta y hasta una bolsita o barrita de cereal son colaciones accesibles, sanas y ricas, que pueden reemplazar a las golosinas y otros snacks en la escuela y en el hogar”.

Al comparar las colaciones entre sí, se advierte que entre las más saludables, con mayor calidad nutricional y menor densidad calórica, se incluyen las frutas y los yogures, mientras que las papas fritas, los alfajores y las galletitas se ubican en el extremo opuesto. Las frutas son fuente principal de vitaminas A y C, de fibra y de minerales como el potasio y el magnesio, en tanto que las leches, yogures y quesos ofrecen proteínas completas y son la fuente principal de calcio.

Dentro de la alimentación escolar, se recomienda atender a dos momentos fundamentales: el desayuno y el recreo. Muchas veces, los chicos no desayunan o lo hacen en forma incompleta, y se pierde una oportunidad de incorporar energía en el momento en que más la necesitan. “Es importante estimular el hábito del desayuno, que aumenta el rendimiento escolar y permite llegar al almuerzo sin un hambre voraz. Un desayuno completo debe incluir lácteos, cereales y fruta, por ejemplo, té con leche, tostadas con queso y una fruta, o yogur con cereales y jugo de naranja”, graficó.

En cuanto al recreo, “es importante seleccionar los alimentos más saludables dentro de los ofrecidos en los quioscos escolares y preparar algunas ‘colaciones’ sencillas para que los chicos puedan llevar al colegio. Es una ocasión ideal para incluir alimentos que contienen una moderada cantidad de calorías y gran cantidad y variedad de nutrientes, como las frutas y los productos lácteos”, indicó.

Algunas opciones saludables de colaciones

Entre los bocadillos que los chicos pueden llevar al colegio y que se pueden incluir en una alimentación sana, se incluyen:

-Fruta fresca (manzana, banana, pera u otras).
-Yogur solo, con frutas y /o con cereales.
-Frutas secas y desecadas.
-Leche chocolatada.
-Una barrita de cereal.
-Copos de cereales, preferentemente sin azúcar.

Cómo hacerle espacio al desayuno

Algunos consejos para preparar un desayuno saludable y llegar a horario al trabajo y a la escuela:

-Tomar parte del desayuno al levantarse y completarlo durante la mañana en la escuela.
-Dejar las tazas del desayuno listas en la mesa la noche anterior.
-Levantarse 10 minutos antes de lo habitual.
-Turnarse con el resto de la familia para prepararlo.

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