Una investigación reciente indicó que la vitamina D podría desempeñar un papel protector sobre los telómeros, estructuras ubicadas en los extremos de los cromosomas que resultan clave en el proceso de envejecimiento celular. El estudio fue llevado a cabo por especialistas de Augusta University en Estados Unidos.
Se siguió durante cinco años a un grupo de adultos mayores de 65 años para evaluar si la ingesta diaria de esta vitamina ayudaba a preservar mejor los telómeros en comparación con quienes recibieron un placebo. De acuerdo con la información publicada por Science Daily, las personas que incorporaron vitamina D mostraron una mayor conservación en la longitud de sus telómeros frente al grupo control.
Investigadores de Augusta University observaron durante cinco años a adultos mayores para analizar el efecto de la vitamina D.
Este resultado vuelve a poner en foco el potencial de la vitamina D, dado que el acortamiento de los telómeros se asocia con enfermedades vinculadas al envejecimiento, como el cáncer, los trastornos cardíacos o la artrosis. Sin embargo, los expertos aclaran que aún se necesitan más estudios para confirmar con precisión su impacto en la longevidad y la salud.
Cada cromosoma humano posee en sus extremos telómeros, estructuras que se acortan ligeramente cada vez que una célula se divide. Cuando esa reducción alcanza un punto crítico, las células pierden la capacidad de multiplicarse y terminan muriendo.
La comunidad científica advierte que factores como la acidez del organismo, el estrés prolongado, el tabaquismo o la depresión pueden acelerar el deterioro de los telómeros, incrementando así la probabilidad de desarrollar enfermedades graves relacionadas con el envejecimiento. Además, la inflamación corporal se considera un elemento de riesgo adicional en este proceso.
El grupo que tomó vitamina D preservó más longitud de telómeros que quienes recibieron placebo.
Aunque la vitamina D es mayormente conocida por su papel en el fortalecimiento de los huesos, su relevancia va más allá del sistema óseo. Según Science Daily, esta vitamina facilita la absorción del calcio, lo que la convierte en un nutriente esencial para niños, adolescentes y personas con baja exposición al sol, especialmente quienes tienen piel más oscura. Sin embargo, su influencia no se limita al metabolismo del calcio, sino que abarca otras funciones relevantes para la salud.
De acuerdo con lo informado por la Clínica Mayo, la vitamina D cumple una función importante en el fortalecimiento del sistema inmunitario, y diversos estudios sugieren que la suplementación con esta sustancia podría disminuir el riesgo de infecciones respiratorias, sobre todo en personas que presentan niveles bajos de dicha vitamina.
Investigaciones preliminares también analizan la posibilidad de que la vitamina D actúe como factor preventivo frente a trastornos autoinmunes como la artritis reumatoide, el lupus o la esclerosis múltiple, aunque hasta el momento no existen pruebas concluyentes que confirmen esta relación. El estudio más reciente plantea que su acción antiinflamatoria podría ser la causa de los efectos protectores observados sobre los telómeros.
Los telómeros cortos se asocian a enfermedades como cáncer, problemas cardíacos y artrosis.
El estudio fue realizado por el equipo principal de Augusta University, que durante un período de cinco años monitoreó la evolución de 1.031 adultos. Los participantes fueron distribuidos aleatoriamente en dos grupos: uno recibió una dosis diaria de 2.000 unidades internacionales de vitamina D, mientras que el otro fue tratado con un placebo. Los investigadores evaluaron la longitud de los telómeros en tres etapas del seguimiento: al comenzar la investigación, a los dos años y nuevamente a los cuatro años.
En promedio, los individuos que incorporaron vitamina D conservaron 140 bases más en comparación con quienes tomaron placebo. Este resultado cobra importancia si se tiene en cuenta que, de forma natural, los telómeros suelen reducir su extensión en aproximadamente 460 bases cada década, según lo documentado por la literatura científica.
La investigación desarrollada en Augusta University se suma a otros estudios que analizaron la relación entre la longitud de los telómeros y patrones alimentarios ricos en compuestos antiinflamatorios, como ocurre con la dieta mediterránea. En esas pruebas, los participantes que mantenían hábitos nutricionales equilibrados también mostraron telómeros de mayor extensión.
La vitamina D es conocida por su rol en la salud ósea y el sistema inmunológico.
Lo que todavía no se conoce
Aun con resultados prometedores, la comunidad científica insiste en mantener una visión prudente. Algunos especialistas señalan que telómeros excesivamente largos podrían estar asociados a un mayor riesgo de padecer ciertas enfermedades, lo que indica que podría existir un rango óptimo de longitud, aún no determinado. Asimismo, no hay acuerdo sobre la dosis ideal de vitamina D que debería recibir cada persona, lo que requiere investigaciones adicionales para definirla con precisión.
El estudio utilizó una dosis diaria de 2.000 unidades internacionales, una cantidad considerablemente más alta que las recomendaciones habituales, que establecen 600 unidades para adultos menores de 70 años y 800 unidades para quienes superan esa edad. En paralelo, otros trabajos científicos analizan dosis más reducidas, como 400 unidades por día, con el objetivo de determinar su posible efecto preventivo frente a infecciones comunes, entre ellas los resfríos.
La determinación de la dosis adecuada varía según las características individuales, como los niveles actuales de vitamina D, el tipo de alimentación y la presencia de otros nutrientes que puedan influir en su absorción y acción. Hasta ahora, no se ha definido un estándar generalizado que sirva para todos los casos.
No existe consenso sobre la dosis ideal de vitamina D para cada persona ni sobre su efecto exacto en el envejecimiento.
Aunque el tema ha despertado un notable interés, los expertos aclaran que aún no hay evidencia concluyente que respalde el uso de altas dosis de vitamina D como una herramienta directa para frenar el envejecimiento.
La mayoría de los estudios científicos coinciden en que la manera más efectiva de mantener la salud con el paso del tiempo se basa en hábitos de vida saludables: seguir una dieta equilibrada, realizar ejercicio con frecuencia, dormir lo necesario, evitar el tabaco y controlar el estrés. Estas conductas han demostrado preservar la longitud de los telómeros y contribuir al bienestar general del organismo.
Las personas que presentan deficiencia de vitamina D o predisposición a patologías óseas pueden obtener beneficios al incorporar suplementos, siempre bajo supervisión médica. A medida que la investigación científica avanza en el conocimiento de los mecanismos celulares del envejecimiento, la vitamina D surge como un elemento de interés, aunque forma parte de un conjunto complejo de factores que intervienen en ese proceso.
Los especialistas recomiendan mantener hábitos saludables y consultar al médico antes de tomar suplementos de vitamina D.
Las futuras líneas de estudio buscarán determinar con mayor precisión el impacto real de la preservación de los telómeros en la prevención de enfermedades crónicas o graves.
Por ahora, la recomendación general se orienta a mantener un estilo de vida saludable y consultar con un profesional de la salud antes de realizar cambios en la alimentación o comenzar a tomar suplementos vitamínicos. De este modo, será posible aprovechar los posibles efectos positivos de la vitamina D sin comprometer el equilibrio ni la seguridad del organismo.
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