Otro motivo de la escasez de estos profesionales, de acuerdo a lo expuesto por Maggio, es que “los hospitales no alcanzan los cargos para la demanda de mano de obra que hay, puede haber dos, tres, cinco fonoaudiólogas”. El hecho es que se necesitan más.
Pero esto no solo lo marcan los mismos fonoaudiólogos, sino también el Estado. Es por esto que en abril de 2020 se declaró de interés Público la carrera de Fonoaudiología, por medio de su inclusión en la nómina del artículo 43 de la Ley Nacional N° 24.521, de Educación Superior. Según marcó la directora de Prenatal y Niñez del Ministerio de Salud, Gabriela Bauer, a TN, “donde se detecta que hay una falta se declara carrera de interés público”.
A su vez, su inclusión a esta nómina implica el control directo sobre los contenidos curriculares básicos y los criterios sobre intensidad de la formación práctica que establezca el Ministerio de Educación de la Nación, en acuerdo con el Consejo de Universidades.
También, en 2020 la Cámara de Diputados transformó en ley (27.568) por unanimidad el proyecto que establece el marco general para regular el ejercicio profesional de la Fonoaudiología en Argentina. Desde el Ministerio de Salud, señalan que la aprobación de esta Ley de Ejercicio Profesional se trató un avance importante en el ordenamiento y la regulación de la Fonoaudiología a nivel nacional y en CABA.
“Es un recurso fundamental, está reconocido como un recurso crítico el recurso humano fonoaudiológico”, afirma Bauer. Sin embargo, también detalla que los problemas de comunicación no solo los abordan los fonoaudiólogos. “No son actores únicos, a veces hay problemas que los atiende un pediatra o un terapista”.
Para Maggio, el pediatra no puede cumplir el rol de fonoaudiólogo. “Puede diagnosticar pero no puede acompañar dos veces por semana como pasa a veces durante años para que un niño aprenda a hablar”, expresa la doctora en fonoaudiología, a la vez que resalta que un chico con un trastorno de lenguaje está cuatro años de su vida yendo a sesiones semanales, en general dos al principio y después una por semana.
“Tampoco puede un terapista reemplazar la labor de otro profesional, un psicólogo no puede hacer de fonoaudiólogo, como un fonoaudiólogo no puede hacer de psicólogo”, marca la profesional.
Si bien desde el Ministerio de Salud suscriben las medidas de acompañamiento que se le da a la problemática, Maggio cree que si bien son puntos a favor para la profesión, no hay un momento real para que la carrera crezca.
“Para que se sumen estudiantes hay que difundir la carrera, tiene que haber divulgación. Hay mucho campo laboral, se gana bien siendo fonoaudióloga”, señala Maggio.
La directora de Prenatal y Niñez asegura en el Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia, “que tiene una red enorme de fonoaudiólogos en las 24 jurisdicciones y que trabaja en fortalecer la red donde haya menos”.
Maggio efectuó un estudio sobre la cantidad de fonoaudiólogos que hay en Argentina, en base a la cantidad de matriculados, pero puntualizó: “Matrícula nacional hay para todos, pero las provinciales no”.
La especialista señala que en zonas de Misiones hay un fonoaudiólogo cada 13 mil personas. “Es uno de los peores lugares del país”, afirma. También menciona Catamarca o La Rioja. En esta última hay 50 fonoaudiólogos en toda la provincia.
Algunos ejemplos de la cantidad de fonoaudiólogos por habitante son:
- Provincia de Buenos Aires: 1/ 3439
- Chaco: 1/ 13.377
- Corrientes: 1/ 22.400
- Formosa: 1/ 24.000
La Organización Mundial de la Salud (OMS) prohibió que los niños menores de cinco años utilicen la tecnología. No aconsejan que hagan uso de un teléfono o una tablet, no solo por la comunicación, sino porque está comprobado que provoca problemas en la atención a largo plazo.
Sin embargo, la situación provocada por la pandemia, hizo que muchos niños tengan que usar la tecnología como recurso único de aprendizaje y de conexión con los otros. Esto generó que se perdiera la interacción real con la maestra y los pares, por ejemplo, y no estuvieron los estímulos de la comunicación cara a cara, ante la falta de presencialidad en las escuelas.
“El gran agravamiento para los mas chicos fue el uso excesivo de las pantallas”, afirma Maggio, también respecto al hecho de que al estar muchos padres ocupados trabajando, los chicos hicieron un uso aislado, solitario y repetitivo de la tecnología.
Para la directora de Prenatal y Niñez del Ministerio de Salud, “no hay nada que esté medido”, sino que lo que puede suceder es que “por mucho tiempo no han consultado, y ahora sí hay consultas” y por eso se cree que hay más chicos con problemas luego de la pandemia. No obstante, admite que la falta de interacción puede haber impactado.
“Son hipótesis de que hubo mayor afección del desarrollo, porque no está medido cómo es el estado de situación de problemas de lenguaje o de desarrollo”, sostiene Bauer.
Es verdad que no puede haber datos específicos respecto al incremento en problemas de comunicación en niños durante los años de pandemia porque precisamente en 2020 y 2021 no se podía ir los consultorios ni hospitales por las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus. Sin embargo, la percepción de los profesionales que trabajan en esas áreas está latente.
Bauer marca que ahora, desde el Ministerio de Salud, tienen como fin recuperar el control de la salud integral. “Salir a la comunidad, con detección oportuna, con un acompañamiento en esta salida de pandemia, ese es nuestro eje”, resalta.
“Nos juega a favor que en el plan ‘Mil Días’ una de las políticas eje es el cuidado de la salud en el desarrollo infantil y el lenguaje y la comunicación son componentes esenciales”, señala.
Al preguntarle sobre qué soluciones puede haber en el corto y mediano plazo, la doctora Maggio manifiesta que lo que se está comenzando hacer son talleres de orientación para padres, para que ayuden a sus hijos, sobre todo si son muy chiquitos.
Por otro lado, lo que se hace es que otros profesionales atiendan este tipo de consultas. “Si son nenes más grandes en general la terapia que tendría que hacer una fonoaudiólogo la termina haciendo una psicopedagoga o psicóloga, es decir, termina haciendo otro la labor, pero no es la persona indicada”, asegura.
“Solución en lo inmediato no hay, sino hasta que la gente estudie la profesión, esto es de acá a cuatro, cinco años”, continuó la doctora.
La experta marca también que hace 30 años que está bajando la cantidad de estudiantes. “Si uno en la universidad no trabaja o el ministerio de educación ve que algo empieza a decaer, hay que hacer algo de fomento antes de que pase lo que está pasando”, indicó.
La Licenciatura en Fonoaudiología es un título de grado cuyo estudio dura cinco años, incluyendo el Ciclo Básico Común, en la Universidad de Buenos Aires. También puede estudiarse en distintas universidades privadas del país.
Con el título, el egresado está habilitado para desempeñarse en:
- La promoción de la salud
- La profilaxis en el área de la audición, la voz y el lenguaje
- Las evaluaciones audiométricas y audiológicas
- El diagnóstico fonoaudiológico de los trastornos de la comunicación humana
- La detección de alteraciones de la voz, el lenguaje y la audición
- La prevención de deficiencias auditivas, lingüísticas y fonatorias capaces de generar discapacidades
- El registro de niveles de audición
- El empleo de técnicas reeducativas para la recuperación y rehabilitación de la voz, la audición y el lenguaje
- La docencia y la investigación
De acuerdo a lo que detalla la UBA, el Licenciado en Fonoaudiología puede trabajar en el área de la terapéutica como ejercicio privado en organismos asistenciales y centros especializados, donde formarán parte de un sector centralizado con carrera hospitalaria y jefatura, para la atención de pacientes derivados por médico tratante y de acuerdo a las normas de la legislación del ejercicio profesional.
Es recurrente que los profesionales de la Fonoaudiología integren equipos interdisciplinarios con odontólogos, pediatras, neurocirujanos, neuropediatras, psicólogos sanitaristas y educadores.
Según el Colegio de Fonoaudiólogos de la provincia de Buenos Aires los honorarios de un fonoaudiólogo por una consulta por tratamiento de lenguaje y comunicación en consultorio en niños de dos a cinco años arrancan en $1500. Estas consultas no suelen ser por única vez y los niños suelen tener varias sesiones.
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