¿Qué enfermedad tiene Catalina Gorostidi de Gran Hermano?

“Me están hateando absolutamente por flaca ahora”, admitió Catalina, al compartir que las críticas sobre su cuerpo la han acompañado desde los 17 años. “Me pesé un día y era más de lo que pensaba. Ahí empecé a bajar, bajar, bajar... y así comenzaron mis trastornos alimenticios. Esto es algo que tiene altos y bajos. Un día te sentís bien, otro día te caés. Y luego están los comentarios: ‘Qué hermosa, pasá la dieta’, o al contrario: ‘Qué anoréxica, inmunda’. Aumentás dos kilos y ya empiezan: ‘Otra vez gordita’”, explicó, dejando claro que, aunque algunas veces los comentarios parecen positivos, impactan de manera profunda en quien los recibe.

Cata Gorostidi reveló cuál es el impacto de los cuestionamientos a su cuerpo.

Las críticas, más que simples comentarios aislados, funcionan como disparos en un conflicto callado. Catalina rememoró que, después de su participación en Gran Hermano, las observaciones sobre su físico se volvieron insoportables: “Sabían que yo había tenido trastornos alimenticios, que a los 18 años casi me ponen una sonda nasogástrica porque ya no podía comer sola. Salí y comenzaron: ‘Tus piernas, esto, lo otro’. Es una enfermedad mental que nunca se va”, al puntualizar cómo la falta de tacto del otro lado puede inferir en uno.

La ex Gran Hermano sufre de rabdomiólisis: ¿De qué se trata?

Sin embargo, esto no se limita únicamente al aspecto emocional, ya que la exparticipante también enfrenta una dificultad física. Reveló que sufre de rabdomiólisis, una condición seria que perjudica sus músculos y restringe su habilidad para realizar ejercicios. “No puedo hacer ejercicio. Si lo hago, las enzimas del músculo suben y pueden afectar mi riñón. Es todo un combo complicado”, expresó con sinceridad.

Cata Gorostidi reveló el problema de salud que le impide hacer ejercicio.

La condición, que recientemente la obligó a ser hospitalizada, se añade a la carga emocional de estar constantemente bajo la mirada del público. En medio de este desafío, la joven profesional de la medicina busca consuelo en la terapia psicológica. “Lo estoy tratando con mi psicólogo, que lo amo”, al explicar la necesidad de buscar ayuda en estos casos tan sensibles.

La revelación de Catalina sirve como una llamada de atención acerca de las consecuencias de la cultura visual y la agresión en plataformas digitales. La fina frontera entre elogio y juicio puede resultar destructiva, especialmente para aquellos que ya enfrentan una historia de fragilidad. Su relato no solo pone al descubierto su sufrimiento individual, sino que también ilustra la batalla de numerosas personas que padecen trastornos alimentarios o enfermedades ocultas mientras son criticadas por su aspecto físico.

“Te dicen de todo, sea lo que sea”, finalizó la joven al revelar una realidad irrefutable: el daño causado por las palabras puede ser tan devastador como cualquier dolencia, especialmente en un contexto donde, desde diversos ámbitos, se sigue luchando por crear conciencia y modificar ciertos comportamientos, como la crítica a los cuerpos de los demás.