Opinión.. 

Salud Mental: Psicólogo + Psiquiatra = ¿Locura?

Columna de opinión por la Lic. en Psicología Berenice Ruesjas.
Por  Berenice Ruesjas

Estamos en el cuarto mes del año 2022 y pareciera que el Covid ha dado tregua a nuestra salud física. Posiblemente la mayoría percibe esto, pero para quiénes estamos atentos a las necesidades emocionales sentimos que las consecuencias de la pandemia no dan respiro.

A lo largo de estos años he notado, que las palabras “bienestar” y “equilibrio emocional” comenzaron a tomar fuerza y que la palabra Salud pasó a ser más que alimentarse bien, ser cuidadosos con el cuerpo y atender las partes físicas que sufren algún malestar. Cuando todos atravesábamos el dichoso encierro, de a poco esa palabra fue unida a “Mental” y de golpe todos comenzamos a prestar elevada atención a lo que nos podría estar sucediendo con el impacto del virus y todas las medidas extremas vinculadas a ello.

Ahora volviendo al presente, notamos cuánta fuerza cobró la manera de vernos y atendernos un poco más en profundidad. Muchas personas ya estaban acostumbradas a cuidar su “Salud Mental”, a sostener el equilibrio entre los pensamientos, las emociones y el comportamiento social; sin embargo, la mayoría es nuevo en esto y hacia ellos van estas líneas.

Cuando se trata de atender la Salud Mental, el profesional pertinente es el tan temido Psiquiatra y también el Psicólogo. Y acá retumba en mi mente la pregunta que siempre se hace o el comentario que siempre se escucha por esto “¿estoy loco?”. Citando a Salvador Dalí su respuesta sería: "la única diferencia entre un loco y yo, es que el loco cree que no lo está, mientras yo sé que lo estoy".

Intentemos ahora revertir ese mal pensamiento que hay frente a la locura, término que solamente estigmatiza y discrimina. El médico que atiende el malestar emocional y el desequilibrio en el comportamiento debido a eso es simplemente una persona que estudia lo que a nuestra mente le sucede cuando eso pasa, y sin ánimos de ofender obviamente hacen mucho más. Si pudiéramos verlo de la misma forma en que se atiende una dolencia física, dejaría de ser tabú y podríamos pasar a ver este tipo de atención como una más de las especialidades a las que acudimos cuando no estamos bien… vamos al Psiquiatra.

Esto es justamente a lo que apunto y lo que hoy ha tomado tanta fuerza… atender nuestra Salud Mental. Algunas personas en algún momento, incluso niños o adolescentes pierden el equilibrio entre lo que sienten y piensan, afectando fuertemente su calidad de vida. Y en esto las emociones juegan un papel fundamental.

Para que puedan imaginarse cómo funciona nuestra mente, tomemos de ejemplo la película “Intensamente”. Aquí las emociones están representadas en colores y para los que la vieron rápidamente recordarán la representación en esa máquina que controla o intenta controlarlas. Bueno, justamente si alguna de las emociones persiste y no da lugar a que las otras restablezcan el equilibrio, comienza un camino donde todo lo que le sucede a una persona se ve afectado por cómo lo percibe y cómo el ambiente en el que está influye negativamente, y así va definiéndose esto de no encontrar el bienestar y comenzar a permanecer en malestar, estrés e incomodidad, lo que a su vez, afecta al organismo porque el sistema inmune se ve afectado también y el completo desequilibrio altera a la persona en su totalidad; culminando todo en algún tipo de trastorno o enfermedad que no le permitirá restablecerse en su vida cotidiana como antes provocándole un quiebre.

Justamente acá llega el momento de recibir la atención médica porque algo de nuestro cerebro, de nuestro organismo deja de funcionar y requiere de la ayuda profesional.

Entonces, sabiendo esto me gustaría que puedan revertir el mal pensamiento de locura y hablar del cuidado de las emociones y pensamientos y de cuánta atención les damos o cuánto nos detenemos a mirar si la tristeza ha persistido por un largo período sin resolverse, o si permanecemos en un estado de malestar e irritabilidad constante que claramente no avisa que algo más puede estar sucediendo.

Necesito hacer un paréntesis y acotar que también están los antecedentes familiares en juego. Saber y reconocer si en mi grupo familiar y la familia extensa hubo alguien que sufrió alguna enfermedad de salud mental no es un pensamiento errado, al contrario, mientras más podamos saber mejor atención podremos darle a nuestra salud emocional. Mi intención no es alarmarlos, simplemente es estar atentos a que muchas condiciones de este tipo vienen determinadas genéticamente y si sumamos presiones ambientales, combinamos a la perfección para desarrollar algún tipo de malestar. La importancia de esto es prevenirlo, es ocuparnos a tiempo.

Así que nada de locura señoras y señores, pasemos a hablar de Salud Mental, y a atender las necesidades emocionales, reconocer que cada emoción cumple una función en nuestro cerebro y validarlas es lo necesario para alcanzar el equilibrio entre lo que pienso y siento, para luego poder funcionar con otras personas. Huir, ocultar, negar no serían las opciones correctas, si algo de uno mismo no está funcionando, si alguna situación te sobrepasa, acudir a un profesional médico o a un psicólogo es lo indicado para recibir la ayuda a tiempo. También sirve que quiénes nos rodean nos miren atentamente porque siempre algo cambia, algo deja de funcionar y su apoyo es también muy importante.

Berenice Ruesjas
Lic. en Psicología MP 330
Instagram: @licbereruesjas

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