En el horóscopo cada signo tiene sus cualidades distintivas, estas serías las que menos favorecen a cada signo del zodiaco.
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SUSCRIBITEEn el horóscopo cada signo tiene sus cualidades distintivas, estas serías las que menos favorecen a cada signo del zodiaco.
El pecado de Aries es la autosuficiencia y, a veces, el excesivo autoritarismo en comportamientos, opiniones y miradas de la vida. Contradecirlos o señalarles distintas maneras de llegar a la meta es complicado. O te ignoran o no te escuchan. Los carneros siempre van para adelante y no les importa lo que se interpone. Hay un fin único y último: conseguir lo que se proponen. Esto va variando, no es siempre lo mismo, cuando lo alcanzan, les deja de importar. Pueden ser mandones y exigentes, pero no tienen la más mínima voluntad de dañar –hay que decir que poseen cierta “inocencia” al respecto-. No obstante, en su excesiva voluntad y empuje, se entusiasman y arrasan con todo a su paso. Son discutidores y peleadores, aunque lo hacen para divertirse y ponerle chispa a la vida y no por razones profundas. Si se topan con personas extra sensibles, ¡pobres de estas personas! Los arianos son crudos como el filo de un cuchillo, bastante autocentrados, pero, hay que decirlo, nunca tramposos o escondedores. La frontalidad los salva y también los termina de hundir. Pueden ser agresivos sin proponérselo.
Son los empecinados del zodíaco, y, al igual que Aries, arremeten contra todo lo que se le cruza por delante de sus cuernos de toro. Empaques y obsesiones serán sus mayores tropiezos en la vida. Poseen una inercia a los cambios sorprenderte. Incorporar las novedades, rupturas y movimientos bruscos de la vida les cuesta horrores. "Quiero esto y lo quiero, no importa cuánto tiempo me lleve", puede transformarse de meta a capricho fácilmente. Pobre de aquel que se oponga. Los celos, la posesividad y la territorialidad son otros de sus defectos. Como son los reyes y reinas de la propiedad privada, suelen acumular más de lo debido, ser interesados y admirar por demás joyas y placeres netamente económicos. Practicar la generosidad, soltar y dejar ir, es un desafío grandísimo para ellos. Como se centran en su mundo particular y privado, las cuestiones de generosidad y entrega a otras causas en general, les cuesta. Privilegian su propio bienestar y el de sus más cercanos. ¿Egoismo? No, si te parece.
Su peor defecto es la superficialidad y el no compromiso. Los geminianos están en todo y el nada a la vez y eso suele exasperar al resto del zodíaco. Suelen hablar de todo y nada al mismo tiempo, la verborragia que los caracteriza no siempre tiene un fin útil. ¿Cuántos grupos de amigos se autodestruyeron por culpa de un geminiano/a que anduvo llevando y trayendo información ponzoñosa de un lado a otro? Guarden sus palabras para lo necesario o den clases de oratoria, pero no nos enfermen con datos inútiles. La doble intención (doble cara, two faces) es otra característica casi insoportable de los geminianos. Pueden ser unos en una ocasión y otros en otras, ¿cuál es la fasceta real y verdadera? Probablemente ninguna, pero nunca lo sabremos. Pueden ser los reyes de la falsedad cuando les conviene, sobre todo si alguna energía escorpiana asoma por el resto de la carta. También son indecisos y nunca saben con quién quedarse, si con la esposa o con la amante. Probablemente nunca decidan, les gusta vivir a dos aguas de todo. Eternos curiosos y experimentadores, también suelen ser infantiles y hacer un culto innecesario de las cosas de la infancia.
Aunque parece un signo cálido y afectuoso, sus defectos pueden ser, justamente, la excesiva melancolía y el sentimentalismo. Los cancerianos pueden sumergirse en un pozo profundo al que es difícil acceder, incluso para su pareja y amigos. Llorar sin razón es un hábito frecuente que puede exasperar a su entorno. Desear tiempos pasados, también. Si tenés un novio de Cáncer y sentís que hay un lugar de él que nunca vas a acceder, es cierto. Luego de muchísima confianza y trabajo se comienzan a explayar sobre sus sentimientos más profundos. No le entregan a cualquiera el voto de confianza, y mejor malo conocido que bueno por conocer. No son mentirosos ni suelen engañar, pero sí pueden ser muy celosos de sus afectos. La familia es lo primero de lo primero, y es posible que nada pueda superar ese calor de hogar que recibieron en la infancia. Algunos se quedan seteados en esos momentos y ni novia ni esposa actual puede llegar a tener un lugar tan importante. Pecan de demasiada timidez. En reuniones sociales o salidas con desconocidos, se cierran a tal punto, que nadie puede entrar en su cabeza (salvo que la reunión sea en su propia casa, en donde sienten total comodidad). Son exclusivos, suelen apegarse a las formas conocidas (de vacaciones al mismo lugar, los mismos paseos los fines de semana y rutinas inmodificables) y a no innovar demasiado de la tradición familiar y heredada.
El orgullo, la soberbia y el narcisismo son aspectos leoninos muy marcados que pueden volver locos a quienes comparten situaciones diarias con ellos. En las reuniones, a todos nos alegran desplegando su enorme cabellera, llamando la atención, y prendiéndo chispa a las más irremontables circunstancias. Pero imaginemos convivir todos los días con ellos hablando de ellos. Un gran espejo es lo que necesitan como compañía, porque eso los satisface por completo. Secretamente saben que no hay nadie más lindo, más inteligente y más bueno. Como si tuvieran a una abuela susurrándoles al oídos sus cualidades, así actúan. Olvidos de cumpleaños (ajenos), desatenciones en aniversarios, que te interrumpan cuando estás hablando en una reunión son problemas comunes. Todo lo de ellos es infinitamente más importante, urgente e interesante. Se rodean de cierto glamour y hacen todo por conservar las apariencias. Sufren de un materialismo bastante marcado. Que los pesquen en una falta o que no los reconozcan como ellos creen merecer, los pone de un mal humor casi infantil. El ego de los leoninos es impenetrable, no ceden frente a opiniones distintas ni se desvían de su camino, por más recriminaciones que reciban. Son dominantes e impulsivos, les cuesta darle lugar al otro. ¡Hay que empujar demasiado!
Abundan las quejas por parte del resto del zodíaco de las obsesiones de los virginianos. Son unos verdaderos maniáticos, listos para llenar los consultorios psicológicos de nimiedades aburridísimas que los persiguen sin cesar. Las fijaciones pueden variar y no son las mismas en todos. Muchos dicen que la limpieza y el orden pueden ocuparlos por entero, pero también hemos visto otros virginianos de zológico preocupados por la perfección al escribir un texto, al componer una melodía o al diseñar una buena caligrafía. ¡No todo tiene que ser tan perfecto! Relajarse para ellos es imposible, como también lo es, entregarse a sentimientos humanos profundos. Todo lo tienen que controlar con la cabeza y casi siempre fallan en el intento. El amor, las pasiones arrebatadas y descontroladas, los asustan. Es difícil llegar a saber lo que están sintiendo, porque ni siquiera ellos mismos saben profundamente, está bajo capas y capas de enredos y pensamientos. A veces se autoboicotean antes de llegar a la meta, y suele costar llegar a ellos en situaciones sociales donde se sienten inhibidos. Por esto mismo, se los suele acusar de aburridos, monotemáticos o poco expresivos, aunque algunos suelen desplegar un mordaz sentido del humor a la manera del personaje de Sheldon, de la serie “The big bang theory”. También, si tenés un novio de Virgo, es probable que te moleste su exesiva capacidad de ahorro, que quiera vivir en un monoambiente y hacer todo chiquito y resguardado. Les cuesta relajar, pueden ser adictos al trabajo y a los rituales de cada día.
En general los librianos buscan el equilibrio en todo y eso molesta. La vida es desbordada, despareja y abundante. Ellos quieren que sea una balanza justa y perfecta todo el tiempo. Se los repetimos: es imposible. Cuencos, meditación, armonización con colores, todo lo que sirva para tapar y meter debajo de la alfombra la crudeza de la vida, es bienvenido. Son cambiantes. Dependiendo dónde se ponga el peso y la opinión en una conversación, ellos se ubican del otro lado para mostrar el lado b. Pero esto puede cambiar cuando cambien de situación. Suelen emitir grandes juicios acerca de cosas pero se pretenden imparciales. Siempre se está de un lado o del otro, la neutralidad, raramente existe, pero ellos parecen no notarlo. Les cuesta comprometerse a fondo en las relaciones, aunque son compañeros, a veces tienen una pata adentro y otra afuera de los vínculos, evaluando otra cosa que pueda satisfacerlos más. No se conforman con lo que tienen, son ansiosos. Las chicas, o los chicos también, suelen ser bastante histéricos, provocando y jugando hasta llevar la situación a un límite para luego tirar la bomba de humo y desaparecer. La fantasía romántica suele superar a la realidad, y con esto se encantan. Les cuesta materializar ideas y sobrellevar las desiluciones y el dolor de la vida.
Se los acusa de oscuros, enroscados y demasiado intensos. Porque son oscuros, enroscados y demasiado intensos. No es fácil lidiar con la energía de los Escorpio, sus laberintos psicológicos están poblados de dragones, vampiros y otras criaturas oscuras. Pueden chuparte la energía, absorberte hasta dejarte seco, si es que compartís muchos años con ellos. Sus relaciones suelen ser al todo o nada y no queda ningún lugar para el ejercicio de la propia individualidad. Ojo con perder la personalidad a manos de un escorpiano. Son cazadores, en general no les basta con una sola pareja sexual y por eso, en las parejas estables, hay altísimo riesgo de cuernos. En las situaciones sociales suelen hacer los comentarios más picantes, decir sin filtro y ser irónicos, lo que suele escandalizar. A veces meten la cola y son críticos con amigos y familiares, sin piedad. Si bien son frontales con ciertas cuestiones, pueden guardar algún que otro secreto de su vida íntima, tan profunda como insoportablemente torturada. Les encanta pensar en la muerte y hablar de temas tabú. Celos, posesividad, arranques de ira, son otros de sus defectos. Hay que tenerles paciencia, son bestias a domesticar o a comprender, una de las personalidades más fuertes del zodíaco.
Aunque es uno de los signos alegres del zodíaco, tiene su costado molesto. Uno de sus defectos, es que cree que siempre tienen la razón. Es difícil discutir con ellos y hacerles ver las cosas desde otro punto de vista, desde su mirada, nadie investigó, vivió y sabe tanto. Suelen tener convicciones demasiado fuertes, que mueven montañas, pero también espantan por su grado de fanatismo. Les cuesta mirar a los costados a la hora de lanzarse a la aventura, nada puede interponerse a esta flecha. En este sentido, son individualista como Leo y Aries. Como tienen alma de jefes y guías, se conducen de esta forma con sus amigos y familiares, lo que resulta tremendamente irritante. Lo nuevo y excitante les divierte, siempre están buscando algo que les provoque adrenalina y son capaces de dar la vuelta al mundo sin arraigos, arrepentimientos o sentimentalismos. La infidelidad es moneda corriente en los sistemas de fuego. El compromiso es con ellos mismos, y, además, cuantas más experiencias diversas acumulen, más felices serán. Son tan arriesgados que a veces corren peligro y se someten a situaciones complejas por ser demasiado confiados. Quieren vivir de vacaciones, ser adolescentes eternos, de perpetuo levante y borrachera. Les cuestan los límites. Se exceden fácil con la bebida y los hábitos tóxicos. Pecan de irresponsables.
A las cabras se las acusa de pesimistas, aburridas hiper responsables. Ellas ven la vida de una forma demasiado gris. Las rutinas, el excesivo trabajo, el desempeño correcto, suele sentarles muy bien y los demás signos de zodíaco se tiran de los pelos de aburrimiento y bostezan sin parar. Como son demasiado realistas, suelen ser pesimistas y piensan en lo peor. Por eso, no hay que pedirles un consejo antes de arriesgarse a emprender: te van a tirar para abajo. Les cuesta variar, cambiar y moverse. Van para un lado y sostienen la meta, aunque les cueste años. No suelen ser expresivas, alegres ni aventureras. Tienen temas de conversación demasiado rutinarios, por eso les cuesta la conquista y divertirse en el proceso. Para ellas el tiempo que vale es el tiempo productivo, siempre tienen algún trabajillo para ocupar el tiempo de descanso. No hay fines de semana ni vacaciones totalmente relajadas. Cumplir, hacer por deber, exigirse, criticarse y hacer todo perfecto, las desvela. Suelen ceder ante la autoridad, son muy adaptables al sistema y dan todo lo que se les exige y más. Son sus peores jueces, se critican a más no poder. Son moralistas y tradicionalistas, critican a los demás si no se atienen a la ley. Si están amparadas por el ala de alguna creencia religiosa cerrada, ¡agarrate catalina! Pueden ser muy talibanes con sus opiniones sobre el mundo. El tiempo es dinero, ¿qué hace usted ahí que no está trabajando, pedazo de vago?
Son desconectados y poco comprometidos. A menudo están en un lugar pero se evaden y quieren estar en otro y terminan por no estar en ninguno. Se creen demasiado libres y a la moda, pero son unos adolescentes eternos orgullosos de revelarse contra todo (preferentemente contra estupideces sin sentido). Quieren llamar la atención donde van y sus comentarios descolocan al resto, por ser provocadores y desubicados. El novio acuariano no es el mejor para llevarle a mamá y papá, porque siempre, en su afán por romper moldes, va a ser impredecible y avergonzante. Es capaz de aparecer con un vibrador para regarle a la suegra. El mundo de los sentimientos no es lo suyo, por eso siempre va a valorar más si libertad que el compromiso propuesto por la familia o pareja estable. Su mejor manada son los amigos. Tienen poca capacidad de concentración en un tema, van saltando de un lado a otro buscando algo que capte su atención. Hablan sobre cuestiones futuristas que no le interesan a nadie y todo lo tradicional, como religión, costumbre u obligación, los aburre tremendamente. Son amigos de todos, pero puede que cuando lo necesites no esté, porque se esté haciendo amigo de uno nuevo (le provoca mucha más adrenalina). Se aburre fácil, el cambio es su ley y nada lo conforma.
La distracción de los piscianos suele ser desesperante. Se pierden en un mundo de fantasía y cuelgue permanente y no se sabe a ciencia cierta en qué parte del cosmos están. Se pierden en rutas, calles y caminos. Pierden el dni, el carnet de conducir y la billetera. No pierden la cabeza porque la llevan puesta. Les encanta evadirse con música y alcohol y les cuesta incorporar una rutina productiva socialmente. El mundo laboral y económico les parece una gran perdida de tiempo. Son hippies eternos o adolescentes eternos anti sistema. Quisieran vivir en una comunidad pero terminan siendo muy fóbicos para eso. Se asfixian rápido si hay demasiado contacto. No ven la realidad y a menudo terminan fantaseando algo que no es o mirando una película sobre una situación que es evidente para todos. Se enamoran fácil de príncipes que luego terminan siendo sapos. Es posible que imaginen grandes lugares para ellos que no terminen concretando porque no logran levantarse temprano a la mañana. El mundo les es demasiado ajeno y violento, lloran por todo, son extra sensibles, tolo los hiere y molesta, sobre todo las verdades más crudas. Tienen grandes capacidades para trabajar en profesiones entregadas socialmente pero terminan dependiendo de mamá y papá porque no se pueden poner las pilas.
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