El día que iba a morir, Diego Maradona se levantó a las 10 de la mañana. Desayunó, se sintió mal y se acostó de nuevo. Alrededor del mediodía, antes de que diera su último suspiro, había media docena de ambulancias en el barrio San Andrés, en la zona norte del Gran Buenos Aires, donde se recuperaba después de una cirugía. Pero de este mediodía no se recuperó: la leyenda del fútbol mundial murió este 25 de noviembre a los 60 años de un paro cardiorespiratorio.
El mundo llora a quien se definió a sí mismo, el 31 de diciembre de 1999, como "el mejor deportista del siglo". Unos días después, internado en Punta del Este por una sobredosis de cocaína, los médicos le dijeron al Diego -tenía 39 años - que su ritmo cardíaco se había reducido al 38% de su capacidad por la cantidad de medicamentos. En ese momento dijo: "No quiero dejar este mundo. Voy a luchar para seguir viviendo, ya que quiero pasar mis últimos años con mis hijos".
Casi 20 años después, Maradona estaba ansioso, deprimido y angustiado. Sus médicos intentaban levantarlo. Diego había cumplido 60 años el 30 de octubre si lograr reunir a todos sus hijos (reconocidos): Dalma, Gianinna, Jana y Diego Fernando (internado en Nápoles con coronavirus).
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Sus últimos minutos, Maradona estuvo con Maximiliano Pomargo, el cuñado de su abogado Matías Morla; con su sobrino Johnny Espósito y con su cocinera y "mamá postiza", Monona. Diego peleaba contra la abstinencia de alcohol y ansiolíticos en una casa del barrio privado de Nordelta, a donde vivía después de la cirugía por un hematoma subdural crónico en su cabeza.
maradona y gianinna
Diego y Gianinna Maradona.
Hoy estaba casi solo en sus últimos minutos. Su hija Gianinna pasó varias noches con él en la clínica en su última internación. En su última entrevista - preguntas que el diario Clarín envió a su jefe de prensa para su cumpleaños - dijo que extrañaba a sus padres. "Lo que más lamento es no tener a mis viejos. Siempre pido ese deseo, un día más con la Tota, pero sé que desde el cielo está orgullosa de mí y que fue muy feliz".
Su deseo para el país fue "que pase cuanto antes esta pandemia y que mi Argentina pueda salir adelante". Dijo también, ese día, que a "la gente" le iba a estar "eternamente agradecido".
Una pelota de fútbol nunca vista. Una suma de contradicciones. Murió el Diego y llora el mundo.
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