Con este triunfo, el equipo de Marcelo Gallardo igualó la línea del Granate en el campeonato, ya que los dos suman 26 puntos, y quedaron a ocho unidades del líder Boca.
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SUSCRIBITECon este triunfo, el equipo de Marcelo Gallardo igualó la línea del Granate en el campeonato, ya que los dos suman 26 puntos, y quedaron a ocho unidades del líder Boca.
Triunfazo. Porque fue contra un rival que hace poco lo pasó por arriba. Porque iba perdiendo. Porque lo logró como visitante. Y porque terminó con un golazo. River se lo dio vuelta a Lanús con un 3-1 que lo mantiene en la pelea para conseguir un lugar en la tabla que le permita clasificarse a la Libertadores que viene.
El Pity Martínez, que tantas veces generó murmullo de duda entre los hinchas, fue el constructor de esta victoria. En realidad, habría que empezar con el acierto de Marcelo Gallardo de tirar al 10 bien pegado a la punta derecha. Desde ahí, con su velocidad, se cansó de pasar a Velázquez (lo tuvieron que sacar porque iba derecho a la roja), participando en todos los goles y con una capacidad para ganar en el 1 vs 1 que lo terminó diferenciando del resto. En un partido en el cual se pensó y se corrió más de lo que se jugó, Martínez logró disimular los bajos rendimientos de varios compañeros.
Irregular Nacho Fernández, imprecisos Alario y Driussi, apenas un aceptable Rojas se le acercaba como socio. Lanús había arrancado mucho mejor pero no pudo sostener sus principales banderas. Esas que diferencia al equipo de Almirón, con control de juego, velocidad en tres cuartos, salida clara... En realidad, lo mantuvo de a ratos. Le alcanzó para ponerse en ventaja pero en cuanto vio la adversidad, se nubló.
Es cierto, el gol de Rojas fue offside (de esos complicados de ver). Tan cierto como que River mostraba su reacción. Más por actitud ofensiva que por claridad y volumen de juego. El Pity siguió insistiendo y hasta la suerte le dio un guiño cuando su tiro libre se desvió para el gol. El brillo llegaría con el último gol: mostrando el toque que arma y desarma al rival, el cambio de velocidad y la precisión para el golazo de Auzqui que terminó cerrando la noche perfecta del equipo de Gallardo.
Fuente: Olé
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