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Emocionante historia: Braulio, Federico y la emoción de ser padres

Se conocieron hace ocho años. Uno de ellos siempre quiso tener un hijo, mientras el otro nunca lo pensó. Tras un duro camino, se convirtieron en padres de Noah.
Por  Redacción de TodoJujuy.com

Noah, bienvenido a la vida, yo solamente fui la casita que te tuvo para que tus papás puedan tener una familia. Así que llegó el momento de despedirme”, manifestó una parturienta en el mismo momento en que Braulio Posternak y Federico De Michelis pasaron a ser padres y su vida se transformaba para siempre.

Hace unos meses le habían informado a todos que aguardaban el arribo de su hijo a través de la subrogación o gestación solidaria -de la que tan poco se conoce en la Argentina- mediante un dibujo elocuente: ellos tomados de las manos y envueltos por el hilo de un corazón que también integraba a una mujer embarazada que representaba la figura de su amiga. En sus redes sociales detallaron lo sucedido y hoy deciden dar a conocer su experiencia con colegas de Infobae.

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El principio de la historia de amor se remonta ocho años atrás. Se conocieron por Tinder. Resistieron una primera cita muy mala. “Eran las PASO en la Ciudad de Buenos Aires, por lo que todos estaban todos los bares cerrados. Me pasó a buscar y nos fuimos a zona norte. Pero toda la gente de la capital estaba ahí, no pudimos ir a ningún lado y nos volvimos cada uno a su casa”, recuerda Braulio. Federico, con la intuición de lo que podía significar ese encuentro en sus vidas, no desistió y a las cuatro de la mañana arriesgó su dignidad con un mensaje: “¿Te puedo pasar a buscar para ir a desayunar?”.

Si bien en la cabeza de Federico, profesor de equitación, el deseo de ser padre siempre estuvo, el primer acercamiento al tema tomó por sorpresa a su pareja en unas vacaciones en México, donde había coordinado sin avisarle una entrevista en un centro que realiza subrogaciones.

“Yo tenía 24 años. Era muy chico. No pensaba todavía esto. Era muy nuevo”, rememora Braulio que en el momento quedó impactado. Sin embargo, tuvieron la entrevista y conocieron cómo eran los pasos. “Nos contaron todo. Era como en Estados Unidos que es un número difícil”, agrega Federico.

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Faltaba todavía mucho por recorrer como pareja. Con el tiempo llegó la propuesta de casamiento en Disney, sueño que se concretó en plena pandemia, y cada vez se acercaban más a la familia que hoy son.

Braulio, al recordar su primera experiencia en México, describe sentirse abrumado por la cantidad de información y los costos involucrados. Aunque no estaba enfocado en el aspecto económico en ese momento, unos meses antes de su boda se sintió preparado para ser padre, superando sus miedos y preocupaciones. Por su parte, Federico menciona que en Estados Unidos los costos para comenzar el proceso de paternidad subrogada superan los 100.000 dólares, incluso duplicando esa cifra.

Al consultar si esos montos también se aplican en México, Federico estima que rondarían los cien mil dólares, sumados a los gastos logísticos y a la necesidad de permanecer en el país durante un tiempo prolongado. Aclaran que el proceso no está al alcance de todos, más allá de la disponibilidad económica, debido a los desafíos y las dificultades involucradas.

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En relación a la gestación solidaria en Argentina, se destaca que este método involucra una gestante que lleva el embarazo y una donante de óvulos. En este tipo de subrogación, por lo general, el óvulo no pertenece a la persona que lleva el embarazo. Actualmente, en Argentina existe un vacío legal en esta práctica, ya que no está prohibida pero tampoco está legislada.

En cuanto a la aproximación a la idea de una gestación solidaria en Argentina, se menciona el caso de Denise Dumas, una amiga de la pareja, quien se involucró en el proceso. Denise, al conocer el deseo de ser padres de la pareja, se comunicó con el doctor Pasqualini y les consiguió un turno. Durante las conversaciones, se les explicó que en Argentina la gestación solidaria debe ser realizada de manera no onerosa, es decir, sin cobrar dinero por ello. La gestante debe ser un amigo, un familiar o alguien cercano a la pareja.

Es importante destacar que en Argentina la gestante no recibe un pago por su participación en el proceso, lo cual es fundamental resaltar. Braulio y Federico mencionan que contaban con la ventaja de tener una gestante dispuesta antes de comenzar todo el proceso, una situación que no siempre está presente para otras personas que buscan este método de formar una familia.

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En relación a la gestación solidaria y el marco legal en Argentina, se destaca que esta práctica implica la participación de una mujer gestante y una donante de óvulos. En este caso en particular, Braulio y Federico compartieron su experiencia con una amiga de Braulio, quien se ofreció a ser la gestante antes de que la pareja se casara.

Braulio y su amiga se conocieron cuando él se mudó a Buenos Aires para estudiar, y ella quedó embarazada a temprana edad. Durante ese tiempo, Braulio estuvo muy presente y compartió muchas vivencias con ella, ayudándola a superar las dificultades que enfrentaba. La amiga de Braulio ofreció nuevamente su ayuda cuando la pareja decidió formar una familia, mostrando una generosidad y amor increíbles.

La pareja reconoce que hay aspectos de la experiencia del embarazo que no pudieron comprender plenamente por ser varones, pero estuvieron cerca y apoyaron a la gestante a lo largo del proceso. Aunque existía un temor interno de que pudiera arrepentirse, Braulio confiaba en la amiga y sabía que su motivación era brindarles una familia y enseñarle a su hija sobre la importancia de los actos altruistas.

En cuanto al marco legal, la pareja menciona que, durante una entrevista, se les informó sobre los aspectos médicos y legales del proceso. Si bien existe un vacío legal en la regulación de la gestación solidaria, no está prohibida en Argentina. A través de acuerdos que se basan en casos previos aprobados por jurisprudencia, se establecen los términos y condiciones para proteger a todas las partes involucradas. Al momento del nacimiento, estos acuerdos son presentados ante el Registro Civil para asegurar el reconocimiento y registro del bebé.

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En el contexto de la gestación solidaria en Argentina, se destaca que existen opciones accesibles para llevar a cabo este proceso en el país. A diferencia de otros lugares, donde algunas clínicas tienen una postura religiosa que considera a la mujer gestante como la madre biológica, en Argentina se permite esta práctica sin restricciones.

En términos de costos, si bien hay un extra que cobra la clínica por el procedimiento, no se trata de cifras desorbitantes como en otros lugares. El tratamiento de gestación solidaria en Argentina es considerado un tratamiento de fertilidad que no está cubierto por las prepagas. Sin embargo, el costo es inferior a los 10.000 dólares.

El proceso continúa una vez que se encuentra a la gestante, quien se somete a varios meses de estudios médicos y también a evaluaciones psicológicas. En el caso de Braulio y Federico, conversaron con su médica para asegurarse de que el óvulo de la donante se asemejara a sus características. Aunque existe la opción de elegir específicamente ciertas características, como ser rubio de ojos celestes, esto implica la compra de óvulos, que tiene un costo adicional.

La espera de un embarazo en el contexto de la gestación solidaria genera mucha expectativa. Braulio y Federico vivieron momentos de incertidumbre cuando se les informó que los óvulos de la primera donante no eran viables, lo que implicó tener que esperar nuevamente.

Es relevante destacar que durante todo el proceso, tanto la clínica como los profesionales médicos y psicológicos involucrados se preocupan por el bienestar emocional de todas las partes. Se realizan preguntas clave para asegurarse de que la gestante está tomando la decisión de manera consciente y está de acuerdo con el proceso.

En resumen, el acceso a la gestación solidaria en Argentina se presenta como una opción viable y más asequible en comparación con otros lugares. El proceso implica una serie de evaluaciones médicas y psicológicas, y se enfoca en garantizar el consentimiento informado y el bienestar emocional de todas las partes involucradas.

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En Argentina, la gestación solidaria es una opción viable para aquellas parejas o personas que desean formar una familia y necesitan recurrir a la ayuda de una gestante. En este proceso, es fundamental que la gestante se ofrezca de manera voluntaria y solidaria, sin que exista ningún intercambio económico.

Braulio y Federico, quienes tuvieron la experiencia de gestación solidaria, relatan que la primera transferencia de embriones fue exitosa y resultó en el nacimiento de su hijo Noah. Posteriormente, tuvieron una segunda donante y se realizaron la inseminación in vitro, congelando dos embriones para su implantación en una fecha posterior. La implantación de uno de los embriones fue exitosa, lo que dio lugar al embarazo de Noah.

Durante el embarazo, Braulio y Federico contaron con un equipo médico que los acompañó y apoyó en todo momento. Tuvieron un obstetra de confianza, así como amigas neonatóloga y pediatra que brindaron su apoyo y conocimientos. Además, recibieron el respaldo de Florencia Inciarte, directora de subrogación en Halitus, quien fue de gran ayuda en el proceso.

Es importante resaltar que los contratos firmados entre los padres y la gestante establecen claramente las obligaciones y responsabilidades de ambas partes. Esto incluye aspectos como el seguro social, la vestimenta y la alimentación. Como la gestante puede necesitar hacer reposo y no poder trabajar, Braulio y Federico se comprometieron a cubrir los sueldos caídos y cualquier necesidad adicional que pueda surgir durante el proceso.

El bienestar y la tranquilidad de la gestante son prioritarios en este tipo de acuerdos. Braulio y Federico tomaron la decisión de que su amiga gestante se relajara y se dedicara al embarazo, incluso reduciendo su carga laboral. Comprenden la importancia de que la gestante esté bien para el beneficio de ella misma y de su hijo.

En resumen, la gestación solidaria en Argentina se basa en la colaboración voluntaria y solidaria de una gestante sin ningún tipo de intercambio económico. Este proceso puede ser exitoso con el apoyo de un equipo médico especializado y el establecimiento claro de responsabilidades y compromisos entre las partes involucradas.

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La experiencia de la gestación subrogada en Argentina fue emocionante y exitosa para una pareja que buscaba formar una familia. Durante el momento del nacimiento, se vivieron momentos de estrés y nerviosismo debido a la presencia de los padres intencionales y la gestante en la sala de parto. Sin embargo, el equipo médico brindó un excelente apoyo y atención.

El parto se llevó a cabo mediante cesárea, y fue un momento perfecto para todos los involucrados. Antes de cortar el cordón umbilical, se acordó que la gestante tendría la oportunidad de tener al bebé primero y dedicarle unas palabras de bienvenida a la vida. Este gesto conmovió a todos en la sala, generando un mar de lágrimas y emociones.

Desde el principio, se estableció una comunicación clara y abierta entre los padres intencionales y la gestante. Se acordó que el bebé sería alimentado con fórmula en lugar de leche materna, y la gestante aceptó respetuosamente esta decisión. Después del nacimiento, la gestante y los padres intencionales compartieron la habitación del hospital, disfrutando del tiempo juntos en compañía de sus seres queridos.

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Una vez que la familia se fue a su casa, el vínculo con la gestante continuó en un nivel amistoso, pero no constante. Se mantuvo el contacto para intercambiar noticias y asegurarse de que la gestante estuviera bien tanto física como emocionalmente. Los padres intencionales también se aseguraron de cubrir los gastos adicionales de la gestante, más allá de los legalmente acordados.

En resumen, la experiencia de la gestación subrogada en Argentina fue significativa y llena de momentos emotivos. El apoyo mutuo y la comprensión entre los padres intencionales y la gestante fueron fundamentales para el desarrollo exitoso del proceso.

La gestación subrogada ha sido una experiencia conmovedora y llena de amor para una pareja en Argentina. Aunque no hubo una exigencia por parte de la gestante para ser parte de la vida del bebé, se mantiene una relación amistosa. La gestante visitó a la familia recientemente y expresó su admiración por el papel de los padres intencionales en el cuidado del bebé.

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La posición de la gestante dentro de la vida del niño es equiparable a la de cualquier otro amigo, sin expectativas ni exigencias. Los padres intencionales valoran enormemente su acto de amor y están de acuerdo en que el niño sepa en el futuro sobre su contribución en su gestación.

El proceso legal y los acuerdos firmados fueron fundamentales para garantizar la seguridad emocional de todas las partes involucradas. La inscripción en el Registro Civil se realizó sin problemas, reconociendo a ambos padres como copadres en la partida de nacimiento y en los documentos de identidad.

Respecto a la donante de óvulos, los padres intencionales desconocen su identidad y no tienen derecho a solicitar esta información, excepto en situaciones de salud grave que lo requieran por razones vitales.

En cuanto a los planes futuros, los padres intencionales ya imaginan la posibilidad de tener otro hijo mediante la transferencia de un embrión congelado. Sin embargo, hay diferencias de opinión en este aspecto. Disfrutan especialmente de los momentos íntimos con el bebé, como las madrugadas en las que se despiertan para cuidarlo y los momentos de interacción y juego en su habitación. El vínculo emocional que han construido con el bebé es invaluable y llena sus vidas de alegría.

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