La historia de Almita Sibila, la santa que cumple favores en Jujuy
La historia de Almita Sibila, una mujer asesinada en 1908, sigue latente entre los jujeños que la veneran como un alma milagrosa en el cementerio El Salvador.
Almita Sibila nació en 1876 en Jujuy. Era una mujer campesina que vivía en una zona rural cercana a la capital. Su historia terminó de manera trágica el 1 de junio de 1908, cuando fue atacada por un gaucho llamado LeonardoCondorí, quien la asesinó en un hecho violento que marcó para siempre a la provincia y llegó a ser considerado el primer femicidio en Jujuy.
El caso generó conmoción en toda la región. La justicia actuó de inmediato y el agresor recibió una condena a prisión perpetua. La noticia recorrió los pueblos del norte y se convirtió en tema de conversación en las ferias y los mercados.
NICHO DE ALMA SIBILA EN JUJUY
Un crimen que quedó en la memoria popular
Con el tiempo, el relato sobre Visitación Sibila tomó forma de leyenda. Los vecinos comenzaron a contar que ella fue víctima de un ataque brutal mientras se dirigía a la ciudad a caballo. Condori le ofreció dinero para mantener relaciones sexuales, pero Sibila se negó. Esa negativa desató la furia del hombre, que la secuestró, la violó y la mató.
El asesino intentó borrar las pruebas del crimen. Los relatos populares dicen que hizo charqui con partes del cuerpo de la joven y le cortó las piernas para poder enterrarla ya que el pozo que había cavado era muy pequeño.
La historia se volvió aún más escalofriante cuando se supo que Condori fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad de Tierra del Fuego, conocida como “la cárcel del fin del mundo”.
De la cárcel al regreso y una nueva tragedia
Uno de los relatos de aquellos años recuerda que Condori logró salir del penal y regresó a Jujuy. Buscó venganza contra el comisario Torres, quien lo había enviado a prisión pero Torres ya había muerto. Entonces, el gaucho decidió atacar a la hija del comisario.
La policía intervino de inmediato. Tras una persecución en la cornisa de Salta, Condori murió durante una balacera. Desde ese momento, la figura de Visitación Sibila tomó otro significado. Muchos jujeños comenzaron a hablar del alma de la mujer como una presencia que no descansaba en paz, pero que escuchaba los pedidos de quienes sufrían injusticias.
Tumba de Almita Sibila
Las placas que cuentan los milagros
Los devotos que aseguran haber recibido la ayuda de Sibila dejan placas de agradecimiento con sus nombres y fechas. En ellas se leen mensajes de fe, promesas y agradecimientos. Cada año, cientos de personas visitan el lugar para dejar una vela, una flor o una carta.
Las placas cubren casi toda la pared del sector donde descansa el cuerpo de Visitación Sibila. Los cuidadores del cementerio aseguran que su tumba nunca está vacía. Las velas se encienden a diario y las flores frescas nunca faltan. En los barrios cercanos al cementerio, muchos vecinos cuentan historias sobre las veces que Visitación Sibila los ayudó. Algunos dicen que les curó enfermedades, otros que les devolvió trabajo o trajo paz a sus hogares.
La devoción se transmite de generación en generación. Cada 1 de junio, día de su muerte, se reúnen fieles, rezadoras y curiosos. Todos se acercan con la esperanza de que el alma de la joven campesina siga escuchando a quienes la buscan.