Hoy se celebra el Día de la Madre y una mamá no solo es aquella que llevó en el vientre a sus hijos sino también es la que te protege y te brinda un amor incondicional como lo hace Silvia Herrera con más de 100 pequeños que viven en el barrio Alto Comedero y son sus hijos de corazón.
Los protege, los mima, los alimentos y los impulsa a ser grandes personas el día de mañana como si fueran sus propios hijos que hoy se acercarán a saludarla para felicitarla y agradecerle por todo lo que les brinda.
Silvia Herrera vive en el sector Tupac Amaru del barrio Alto Comedero y desde hace casi tres años que decidió abrir las puertas de su casa y corazón a pequeños de escasos recursos que viven en su barrio. Creó un comedor que se llama “Manitos Unidas” en Alto Comedero donde además de alimentación, brinda esa contención de madre que necesitan.
Los que deseen colaborar pueden dirigirse al lugar donde funciona "Manitos Unidas", ubicado en Alto Comedero, sector Tupac Amaru. Manzana AP 14 lote 1, 13º etapa. O a través del número: 154666056.
Esta tarea la impulsa junto a otras mamás y colaboradores que hacen todo de forma voluntaria y a pulmón. Muchas veces la comida no alcanza para ellas y en algunos casos, para los pequeños que se suman día a día porque la demanda no para de crecer. Es maestra jardinera y al ver las tantas necesidades de los pequeños de la zona quiso hacer algo porque viven en situación de vulnerabilidad, y muchos tienen padres ausentes y madres que cargan con los cuidados de varios niños.
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Una mesa familiar donde los recibe cada día.
Puso su domicilio para hacer esta tarea solidaria y no dudo en recibir a los chicos, “a mí siempre me gustó ayudar a los demás, aunque es muy duro por las situaciones que se presentan a diario. Son niños muy golpeados por la vida y hay que contenerlos muchos”, dijo.
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Clases de apoyo, Silvia Herrera los recibe en su casa para enseñarles.
En ese sentido mencionó que “estamos tratando de sobrevivir, son muy pocos los que no están ayudando y necesitamos más colaboración de la sociedad. Siempre me pongo mal porque hay días que no alcanza la comida y nosotros nos quedamos sin comer. A veces tenemos que cocinar de más cuando llegan, no le podemos dar una comida rica lamentablemente porque no nos alcanza”.
Además comentó que ayudan a las madres que se encuentran en situación de violencia y constantemente realizan talleres y clases de apoyo para los chicos. Es una madre para ellos que juegan con ella y se sienten contenidos en sus brazos.
“Soy su madre de corazón, ellos vienen entran a mi casa, los escucho, a veces les presto internet para que estudien o nos vamos a la plaza”, dijo. “Soy su madre de corazón, ellos vienen entran a mi casa, los escucho, a veces les presto internet para que estudien o nos vamos a la plaza”, dijo.
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