Brasil se prepara para una jornada de enorme tensión institucional, a raíz de una marcha convocada por el presidente Jair Bolsonaro para protestar contra el Supremo Tribunal Federal, al que acusa de violar la Constitución luego de abrir procesos contra él y sus aliados por querer intervenir militarmente la alta corte.
Desde hace meses la oposición viene advirtiendo que Bolsonaro prepara el terreno para un autogolpe, amparado por el apoyo que tiene por parte de sectores del poder militar, las fuerzas armadas y policías provinciales. El próximo año tendrán lugar las elecciones presidenciales, donde seguramente enfrentará al expresidente Luis Inacio Lula da Silva.
Es por ello que Bolsonaro entiende que es clave tener control de la justicia. En ese sentido, esta tarde busca enfrentar a la corte con "1 ó 2 millones de personas en las calles" para que el poder moderador de la República "sea el pueblo y no un par de jueces", de acuerdo a sus palabras.
La fecha no es casual. Hoy Brasil celebra su 199no Día de la Independencia.
Es la primera gran demostración con amenazas de quiebre a algún sistema institucional desde que Brasil recuperó la democracia en 1985, tras 21 años de dictadura militar (1964-1985), un régimen de facto reivindicado por el jefe del Estado y los militares que lo asesoran en el gabinete.
Las protestas tendrán el mayor operativo de seguridad conocido en San Pablo y Brasilia, sobre todo porque los gobernadores han lanzado un alerta sobre posibles motines de las policías provinciales a favor de Bolsonaro: habrá controles de armas en los acceso a los lugares de las manifestaciones.
El temor de las autoridades es que se repitan escenas similares a la toma del Capitolio norteamericano por parte de los seguidores de Donald Trump, ocurrida a comienzos de este año. Tanto para Bolsonaro como para sus seguidores, el expresidente norteamericano es una referencia política, un modelo a seguir.
Las principales están convocadas a la mañana en Brasilia y a la tarde en la Avenida Paulista de San Pablo, a donde se dirigen además más de 200 caravanas de 10 estados contratadas por empresarios ruralistas. Bolsonaro publicó un video en las redes en el que dijo que esto funcionará como un "ultimátum del pueblo" contra los jueces supremos Alexandre de Moraes y Luis Barroso, este último titular de la justicia electoral también.
Moraes investiga desde 2019 a bolsonaristas por usar dinero público y financiación privada para sitios que impulsan un golpe miliar, como la intervención del Ejército en el Supremo Tribunal Federal de Brasil.
En el discurso que Bolsonaro puso este lunes en las redes sociales, afirma que "la libertad está por encima de la propia vida". La semana pasada, defendió que la población compre fusiles porque "un pueblo armado no puede ser esclavizado", en una señal a sus seguidores, sobre todo a los clubes de tiro y al lobby bélico.
El interrogante es saber si las Fuerzas Armadas participarán del evento, que es privado, ya que se han suspendido las celebraciones militares oficiales del 7 de Setiembre a causa de la pandemia. Es por eso que se especula que podrían sumarse a los seguidores bolsonaristas, con los que comparten puntos en común.
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