Alrededor de 3.500 dibujos de niños de escuelas de UNRWA y colegios públicos palestinos han entrado en el concurso de dibujos sobre derechos humanos organizado por el Centro Al-Mezan para Derechos Humanos, con sede en Gaza, y apadrinado por el Ministerio de Educación palestino y la Agencia de las Naciones Unidas para Ayuda al Refugiado Palestino.
"La idea es dejar a los niños que se expresen", explica Aisam Yunis, director del Centro Al-Mezan. "Todos sabemos que viven en una muy difícil situación, todos han sufrido durante la última guerra; sin embargo, el mundo tiene que saber que los niños de Gaza quieren vivir."
De entre los miles de participantes solo 36 niños han sido premiados con un diploma y una sorpresa envuelta en papel de regalo. A pesar de resultar extraño, ningún niño lo abre, respetando la costumbre en Gaza de no abrir un regalo delante de aquel que te lo ha dado.
Al finalizar la entrega de premios, tanto público como participantes se aproximan al fondo de la sala donde está dispuesta la exposición de los dibujos ganadores. La temática general es derechos humanos, pero también hay dibujos que hablan del derecho a la vida, a vivir en un medio ambiente sano, del derecho a la educación o a la igualdad.
"¿Sabes qué significa derechos humanos?", dice Yasmin, una niña de nueve años del campo de refugiados Al- Bureij en el centro de la Franja de Gaza. "Derechos Humanos significa que todos tenemos derechos, como el derecho a la libertad".
Tras unos segundos de recapacitación, de esfuerzo por recordar lo que su profesora le ha enseñado, Yasmin continúa con su explicación: "Yo quiero jugar con mis hermanos, tengo cinco hermanas y tres hermanos. Me gusta mucho el campo donde vivimos, por eso he dibujado el invierno. Ahora no está tan bonito como antes porque durante la guerra bombardearon cerca de nuestra casa, la casa de mi tío."
Tras la operación israelí Margen Protector, Naciones Unidas advirtió de que más de 370.000 niños palestinos de la Franja estaban en necesidad de ayuda psicológica. Dibujar ayuda a los niños a expresar sus miedos y sus emociones. Según los organizadores del concurso, más del 90% de los dibujos entregados reflejan la violencia de la guerra.
"Yo he pintado la guerra. Recuerdo que tenía mucho miedo todo el tiempo, había mucho ruido y olía mal," cuenta Nur, de la ciudad de Gaza. "Quiero el derecho a vivir que nos han enseñado. No quiero más guerras y no quiero que maten a nuestra familia", afirma tajante.
Antonio Zubillaga, responsable de Operaciones de UNRWA en Gaza, resalta la importancia de seguir apoyando a los niños y niñas de la Franja a que expresen "de una manera pacífica" la tensión acumulada. "Nosotros queremos seguir colaborando con todos los socios que tienen interés en proteger los derechos de la niñez, centrándonos en los niños en edades más tempranas porque son el futuro de Gaza."
"Somos un pueblo bajo ocupación desde hace mucho tiempo", sostiene Ziad Thabet, viceministro de Educación. "La ocupación israelí viola cada hora los derechos humanos, por eso nos interesa que nuestros hijos conozcan las normas, las leyes internacionales y los métodos para defender nuestros derechos."
Algunos prefieren no recordar
"Yo también he participado, sí. Aunque, no recuerdo lo que he dibujado". Hanin, de 10 años, mira preocupada a su alrededor. Parece estar buscando a su profesora o a algún familiar. Ella sabe lo que dibujó, pero prefiere no recordarlo. "Dibujé dos niños... un bombardeo", dice finalmente con la voz entrecortada mirando al suelo.
Hanin vive en Benisaheila, muy cerca de la línea verde. Durante la última ofensiva israelí tuvo que huir de su casa bajo los bombardeos israelíes. Muchas familias de la zona pudieron llegar hasta las ambulancias que habían llegado para intentar evacuarles, pero en las ambulancias se amontonaban familias que huían, heridos y cuerpos sin vida.
"He hecho un dibujo sobre la guerra. Una niña herida, unos tanques israelíes, casas destruidas... He dibujado todo lo que recuerdo. Me esforcé mucho." Relata la pequeña Rima de siete años antes de echar a llorar y correr a los brazos de su padre.
Raghda, la profesora de Rima, explica que este año académico comenzó tarde debido a que algunas de las escuelas necesitaban reparaciones por los bombardeos. "No empezamos con clases directamente, sino que pasamos dos semanas dedicándonos a actividades de recreación con los niños. Esto les ha ayudado mucho. Actualmente hacemos también debriefing con los niños que tienen pesadillas. Rima no ha perdido a ningún familiar, pero ella vive en Khuzaa, muy cerca de la frontera, y allí ha habido muchos muertos y daños y no ha podido soportarlo."
Izan vive también en Khuzaa. Este niño de ocho años estuvo con su familia más de un día entero sin poder huir de su casa, bajo una lluvia constante de misiles y obuses israelíes. "Cuando volvimos, después de la guerra, estaba todo destruido", cuenta su padre. "Izan me preguntó dónde estaba su escuela, se la mostré, pero él no la reconocía. No entendía por qué había sido bombardeada". Así que Izan ha plasmado el momento del ataque sobre la escuela, tal y como él lo imagina, con aviones lanzando misiles.
"Me gusta mucho ir al colegio", dice sonriente Izan. "Me gustan los colegios. Además, durante la guerra nos dejaron dormir en uno. Cuando fui a la escuela la encontré mal. También he dibujado un palestino muerto porque, cuando volví, vi una persona muerta."
Fuente: El Mundo
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