Como consecuencia de la caída, All se rompió un brazo, varias costillas y se hirió en la cara. En el vídeo puede vérsele retransmitiendo en directo el accidente desde el fondo de la grieta,con la cara ensangrentada,el brazo hecho un colgajo y la nieve de su alrededor salpicada de sangre.
Salvado por un Celular y Facebook
"No ha llegado el helicóptero, así que voy a tratar de sobrevivir esta noche. Me arrastraré hasta la tienda. A menos que me desangre, sobreviviré...”. Tan tremendo mensaje, unido a un impactante vídeo colgado en su perfil, arrasa desde hace dos días en las redes sociales. Su autor es el alpinista y científico estadounidense John All, quien los gravó y envió al mundo después de sufrir una caída de 22 metros mientras recorría un glaciar en el Himalaya.
John All no es un desconocido en el mundo del alpinismo, contando con numerosas escaladas, entre ellas una al Everest. Su labor como investigador medioambientalista en la Universidad de Western Kentucky, es igualmente reconocido por sus trabajos a pie de campo. Realizando uno de ellos sobre la contaminación de los glaciares en el Monte Himlung, situado en el centro de Nepal, fue cuando el pasado jueves 22 de mayo cayó en una grieta disimulada en la superficie de nieve.
Aún gravemente herido, tuvo la idea de conectar su móvil y grabar su dramática situación, enviando el vídeo con la intención de recibir ayuda, pues en el momento del accidente se encontraba solo. Manejando el piolet con su único brazo útil, tardó seis horas en salir del agujero. Luego se arrastró durante otras tres horas hasta alcanzar su tienda de campaña, donde pasó la noche y desde la que envió sus mensajes de socorro.
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Afortunadamente, el aparato encontró cobertura suficiente para mandar los mensajes y su entorno organizó el rescate, siendo localizado a la mañana siguiente por un helicóptero que lo llevó de inmediato a un hospital de la capital de Nepal.
El caso muestra el poder de los modernos sistemas de comunicación que, aunque son utilizados habitualmente en operaciones de rescate en diferentes montañas, es la primera vez que muestran su utilidad en el remoto Himalaya.
A pesar de lo extraordinario que resulta, este tipo de sucesos no son infrecuentes en las altas montañas. Algo parecido le sucedió al británico Joe Simpson quien en 1985 sufrió un accidente en los Andes del Perú, quedando colgado de las cuerdas. Inconsciente, no respondió a las llamadas de su compañero, quien creyó que había muerto y cortó las cuerdas que le ataban a él, para descender y salvar su propia vida.
Simpson cayó en una grieta 30 metros más abajo, estaba vivo, aunque con una pierna rota. En tales condiciones, logró salir del agujero, descender por la pared de hielo y alcanzar a rastras tres días más tarde el campamento base, justo cuando su compañero se marchaba.
Otra excepcional historia de resistencia sucedió en 2003, cuando el excursionista Aron Ralston cayó en el cañón Blue John en Moab, Utah, quedando su brazo derecho atrapado por una roca. Después de intentar liberarse durante cinco días, tomó la decisión de amputárselo y, ya sin él, pudo salir del cañón para ser rescatado y salvar la vida.
Ambos casos inspiraron a sendos directores para rodar dos películas basadas en los hechos. La primera se inspiró en el libro Tocando el vacío, del propio Simpson y fue realizada por Kevin MacDonald, recibiendo numerosos galardones. La segunda corrió a cargo de Danny Boyle, cosechando un importante beneficio en taquilla.
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