La Reserva Federal de los Estados Unidos salió a informar nuevamente cuáles son los billetes de dólar que se encuentran dentro de la circulación legal y que tienen que aceptarse para pagos. El mensaje penetró profundamente en el mercado argentino, donde las diferentes emisiones de billetes se aceptan recurrentemente con descuentos o directamente son rechazadas: como las ediciones anteriores a la década del 90 conocidas como “cara chica”. Para el organismo que emite la moneda americana, no hay lugar para diferencias.
La cuenta de Twitter “US Currency”, a través del cual la Reserva Federal de los EEUU le comunica al público sobre la moneda de Estados Unidos, señaló que “no es necesario comerciar con billetes de diseño antiguo. Toda la #moneda estadounidense sigue siendo moneda de curso legal, independientemente de cuándo se haya emitido”.
“Es política del gobierno de EE.UU. que todos los diseños de billetes de la Reserva Federal sigan siendo de curso legal, o legalmente válidos para pagos, independientemente de cuándo fueron emitidos. Esta política incluye todas las denominaciones de billetes de la Reserva Federal, desde 1914 hasta la actualidad, de acuerdo con 31 U.S.C. § 5103″, especifica un artículo de la organización difundido en el día de ayer.
“La Junta de la Reserva Federal reconoce que en algunos países puede haber diferentes tipos de cambio o políticas de aceptación de monedas extranjeras, pero los mercados, y no el gobierno de los EE.UU., controlan estos tipos”, se profundiza en el mensaje.
El hecho de que los ahorristas argentinos opten por emisiones de billetes de dólar más nuevas sigue implicando un gran problema para el sistema financiero local. La estrategia de poder resguardarse de la inestabilidad monetaria endémica guardando moneda extranjera tiene un largo tiempo en la Argentina y eso provoca que se de lugar a varias generaciones de billetes en circulación en el país. Pero más allá de que en el mercado formal todas las emisiones, por antiguas que sean, poseen el mismo valor, en la plaza informal ese no es el caso: nadie quiere dólares “cara chica”. Y eso provoca toda clase de inconvenientes en los bancos.
El conflicto con los dólares cara chica viene hace un largo tiempo. Es preciso marcar que reciben esta denominación en la jerga a los billetes de USD 100 emitidos antes de 1996 que tienen la cara de Benjamin Franklin más pequeña que en las versiones más recientes. Desde hace unos años, las cuevas pagan menos a los clientes que llegan con esas viejas ediciones del billete verde.
En países limítrofes con nuestro país, esa costumbre también se ha propagado. Y la gran cantidad de argentinos que viajaron a Qatar para ver el Mundial de Fútbol en 2022 se encontraron con que, en ese país, sólo aceptaban los billetes más modernos “cara grande” y con una banda azul de seguridad. Todo el resto de los billetes no eran válidos alguna para los comercios y entidades financieras qataríes.
De esta forma, para los bancos el problema continúa. Es que cuentan con billetes de curso legal que sus clientes no quieren. La discriminación en cuanto a los billetes emitidos antes de 1996 ya produjo que las casas de cambio locales salgan a solicitar el respaldo de la embajada de los Estados Unidos para que destaquen que son de curso legal y tan válidos como cualquier otro, algo que en la representación diplomática resuelven de forma simple remitiendose a la página web de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el banco central de ese país.
Ya en 2013, cuando comenzó a circular una nueva serie de dólares, la Reserva Federal de los EEUU indicó: “Se advierte a los consumidores de todo el mundo que no es necesario cambiar los billetes de USD 100 del diseño anterior por los nuevos. Es la política del Gobierno de los EEUU que todos los diseños de la moneda de los EEUU sigan siendo moneda de curso legal, independientemente del momento de su emisión”.
En el mercado cambiario informal que funciona en la Ciudad de Buenos Aires hay desde hace años una diferenciación entre diferentes emisiones del billete de dólar. Particularmente, las financieras y sus clientes se inclinan siempre por la opción de operar con los modelos más modernos del billete de dólar y dejar a un costado los antiguos.
En la jerga, los papeles discriminados son aquellos que fueron impresos en los Estados Unidos hasta el año 1996, un diseño en el que la efigie de Benjamin Franklin del billete de USD 100 aparece dentro de un marco ovalado y que, en términos de dimensiones, es más pequeño en comparación con las versiones impresas más tarde.
Cabe destacar que es variable el porcentaje de descuento que se cobran por recibir billetes de dólar de antigua emisión en el mercado informal, es decir las “cuevas” y los “arbolitos”. Señalan un rango de entre el 1% al 3%, esto es entre 4 y 10 pesos por dólar, sujeto a la oferta y la demanda del momento.
No obstante, esta diferencia de precio no tiene un sustento real, solo el hecho de que los compradores lo prefieren, y que hay cierto oportunismo de los cambistas, ya que no importa en qué año fueron emitidos, todos los diseños de la moneda de los Estados Unidos son de curso legal, por lo cual las ediciones anteriores de USD 100 siguen en circulación y, de hecho, son usados con plena normalidad en los comercios de los EEUU.
Respecto a las razones que hay para el trato diferencial que existe de acuerdo a la antigüedad del billete, no existe una versión única. Es moneda corriente que en el mercado informal circule el rumor de que los Estados Unidos va a dejar de considerar como de curso legal a alguna vieja edición.
Pero una deducción más sincera de un operador del mercado afirma que en realidad las mayores medidas de seguridad contenidas en las versiones más modernas del dólar complican más una falsificación, lo que marca la diferencia.
En esa línea, y al haber un rechazo por parte de los ahorristas a adquirir dicho billete, empezó a existir mucha oferta de estos billetes y poca demanda, por lo que se comenzó a pagar menos. Sin embargo, en el circuito legal (salvo operaciones inmobiliarias y concesionarias de vehículos), todos los dólares tienen el mismo valor, sin importar si son cara chica, cara grande (o mediana) o azules.
Por este motivo, los bancos no cambian los billetes cara chica por los otros diseños, ya que para ellos tienen el mismo valor. Al no poder cambiarse en el banco, muchos ahorristas se preguntan dónde pueden cambiar los dólares cara chica. Y la alternativa más fácil es cambiarlo en el banco: depositar los billetes viejos por cajero automático o ventanilla y retirarlos en días subsiguientes, con la expectativa de recibir billetes nuevos.
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