Hoy es el Día Nacional Por una Argentina sin Chagas, que se realiza desde el año 2011. Se lleva adelante todos los últimos viernes del mes de agosto para concientizar acerca de una infección descrita en 1909. En todo el continente americano hay más de 6 millones de civiles con la infección. En Estados Unidos, por ejemplo, siguiendo los CDC, cerca de 300.000 personas viven en ese lugar con Chagas.
Qué debe suceder en Argentina para un 2030 sin Chagas
El último viernes de agosto se conmemora el Día Nacional Por una Argentina sin Chagas. En América, más de 6 millones de personas tienen la infección.
La Organización Mundial de la Salud estableció un objetivo de desterrar a la enfermedad de Chagas como problema de salud pública mundial para el año 2030, y en la Argentina todavía hay mucho por trabajar para controlarla, ya que se trata de una de las infecciones menos atendidas.
Stella Maris Cabral, por ejemplo, es un caso en nuestro país. Mientras ahelaba ver a su primer hijo, durante su embarazo un estudio la hizo desesperarse. Tenía un parásito en su sangre, el cual se encontraba alojado dentro de ella hace más de 22 años sin dar ninguna señal que la lleve a ella a consultar un médico. Se trataba del parásito que ocasiona la enfermedad de Chagas. Stella tiene hoy 40 años, es ama de casa, madre de dos hijos y aprendió a vivir con el parásito. Recibe atención médica, y pudo dar un cambio en su vida para transmitirle esperanza a otras personas que por miedo a ser señaladas y estigmatizadas no dicen tener la infección.
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Stella habló con los colegas de Infobae, y brindó su visión acerca de su convivencia con esta enfermedad. “Necesitamos que se haga más difusión de la enfermedad de Chagas y que se dé un mensaje de esperanza. La gente tiene que saber que puede tener el parásito, pero que hay testeos y tratamientos gratuitos en el país. Que el diagnóstico positivo no es igual a la muerte. Yo pensé eso cuando me enteré. Porque solo había visto un libro en el secundario que hablaba de muertes por Chagas. Lo pensó también mi papá porque había visto morir a un amigo con Chagas. Pero hoy la situación es muy distinta, y la gente debe hacer valer sus derechos para atenderse cuanto antes”.
Sus médicos le dijeron que muy posiblemente haya obtenido la infección con el parásito cuando recibió una transfusión de sangre contaminada a sus cuatro años de edad. Cabe destacar que años atrás no se realizaba controles en las transfusiones y era un proceso muy propicio para la transmisión del parásito Tripanosoma cruzi. A su vez, se transmite por medio de las picaduras de insectos infectados, como la vinchuca, por el trasplante de órganos de personas que estaban infectadas, por transmisión de una madre infectada al hijo durante el embarazo (aunque no sucede en todos) y por el consumo accidental de alimentos contaminados.
Stella pertenece al colectivo Viviendo con Chagas, que se originó en la ciudad de Buenos Aires por la iniciativa de dos médicas, que tenían el objetivo de visibilizar la infección y darle más atención a los pacientes. “Durante estos años con el diagnóstico viví algunos momentos tensos, como una dentista que me maltrató por sus creencias erróneas sobre la infección. Aprendí a no enojarme porque la gente suele reaccionar con distancia porque no conoce cuáles son las vías de transmisión de la infección ni cómo se la trata”, detalló. “Al formar parte de Viviendo con Chagas, encontré un grupo con otras personas en la misma situación. Buscamos que el personal de la salud sepa más sobre la infección, que acompañen a la persona que recibe el diagnóstico, y que las personas con Chagas sean menos estigmatizadas en la sociedad”, resaltó.
Con otras personas con Chagas, Cabral ha estado ofreciendo sus palabras y sus emociones en distintas tareas con la comunidad en diversas ciudades y hasta en un ateneo médico en el Hospital Muñiz. “Al estar en grupo, me ayudó a hablar sin miedo y sin que me importe qué pueden pensar los demás. Transformar el dolor que me causó alguna vez recibir el diagnóstico de Chagas en charlas con otras personas me llena el alma”, comentó. En sus tiempos de ocio, comparte momentos con su familia, colabora con las tareas escolares a sus hijos y como es fanática del cantante Ricky Martín, colabora con una página de seguidores en una red social.
Para el año 2030, Stella espera que la sociedad y los medios de comunicación dejen de hablar de “chagásico” o “mal de Chagas” y pasen a utilizar la denominación “enfermedad de Chagas” y “personas viviendo con Chagas”, y que se garantice mejor el acceso a la atención médica y al tratamiento.
A su vez, existen otras modificaciones que podrían realizarse antes de 2030, de acuerdo a las observaciones de especialistas en distintas disciplinas que fueron consultados por los colegas de Infobae. El investigador superior del Conicet David Gorla, que ofrece sus servicios en el Instituto de Diversidad y Ecología Animal del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, puntualizó que debería interrumpirse en forma sostenida la transmisión del parásito a las personas por las vinchucas domésticas.
“Matar una vinchuca es fácil -indicó-. Lo difícil es mantener una vivienda libre de vinchucas. Para eso, debe fortalecerse la capacidad de los equipos de salud para que sistemáticamente busquen y eliminen las vinchucas que infestan viviendas de ámbitos rurales y urbanos. Paralelamente, otras agencias del Estado deben trabajar desde lo educativo y el desarrollo social para ayudar a que la gente mantenga sus viviendas y entorno en condiciones que impidan la instalación de colonias de vinchucas”, afirmó Gorla.
También, se debería buscar de una manera más activa a las personas que ya están infectadas por el parásito. “En primer lugar, los esfuerzos deben dirigirse a niños de 6 y 12 años, mujeres embarazadas y en edad reproductiva. Toda persona infectada debe ser tratada. Adicionalmente, debe difundirse el mensaje para que la población sepa que puede existir transmisión del parásito sin que existan vinchucas (aún en Tierra del Fuego) y que el tratamiento está a cargo del sistema de salud pública”, profundizó Gorla.
Existe una ley de Prevención y control del Chagas sancionada por el Congreso en 2007 que todavía no se encuentra reglamentada por el Ministerio de Salud de la Nación. Según lo dicho por Mariana Sanmartino, bióloga, doctora en ciencias de la educación e investigadora del Conicet en los aspectos ecológicos y sociales de la enfermedad de Chagas, una de las medidas que deberían aplicarse en el país es “el diagnóstico efectivo a todas las personas gestantes del país (vivan donde vivan y sean de la clase social que sean)”. Esa acción -describió- debería efectuarse con el diagnóstico -y tratamiento en los casos positivos- a los bebés al nacer y a los hijos mayores si en su momento no accedieron a una prueba de diagnóstico. Esto es necesario para que las niñas, los niños y los adolescentes con Chagas puedan recibir tratamiento oportuno y curarse, precisó Sanmartino, que también forma parte de la Asociación Civil Hablemos de Chagas.
Por su parte, el biólogo Marcelo Abril, director ejecutivo de la Fundación Mundo Sano, dedicada a la investigación sobre las enfermedades desatendidas, manifestó que para conseguir pronto que no nazcan más niñas y niños con Chagas, se deberían aplicar testeos en la infancia o en la adolescencia para detectar la infección. Los que sean detectados con el parásito y se traten, no transmitirán la infección a sus bebés. Así, se controlaría la transmisión vertical de Chagas antes de 2030. También Abril resaltó que debería hacerse siempre el testeo durante los embarazos para que tanto las personas gestantes como los bebés accedan al tratamiento oportuno.
“Una meta es conseguir que las provincias que aún no se certificaron como libres de transmisión vectorial (son 10 provincias, algunas con grados de avance) lo hagan en los 3 años próximos”, puntualizó Hugo Feraud, director Nacional de Control de Enfermedades transmisibles, perteneciente al Ministerio de Salud. Para eso, será necesario un intenso trabajo en el territorio que abarcará a 500.000 domicilios aproximadamente. También el funcionario mencionó que el trabajo con los bancos de sangre ha permitido eliminar esta vía de contagio.
“Se está trabajando en un sistema de información que permita a los laboratorios operar con el sistema de vigilancia para tener el dato a tiempo de las madres con la enfermedad de Chagas”, contó. Al aplicarlo, se realizará un seguimiento de las personas gestantes y sus bebés en el momento del parto y los años posteriores. Así, se busca disminuir al mínimo la transmisión del parásito desde la persona gestante al hijo. “Este sistema infomático -contó el doctor Feraud- permitirá la referencia inmediata para el seguimiento por parte de los equipos de salud”.
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