Un nene de cinco años estaba con su abuela por la localidad de Merlo, provincia de Buenos Aires, cuando de repente apareció dentro de la máquina de peluches del kiosco donde había ingresado junto a su familiar a cargar la tarjeta SUBE.
Mientras la mujer se encontraba haciendo la fila en el comercio para realizar la carga, Joaquín empezó a mirar la máquina de peluches que estaba en la vereda.
Cuando la abuela del pequeño salió a la puerta del kiosco, lo encontró adentro del aparato. Ningún mayor lo vio ingresar, pero el niño entró por el agujero por donde caen los muñecos.
“Me quedé anonadado, nunca había visto algo así. El único orificio que tiene la máquina es ese, no hay otro. Es increíble”, relató Maxi, el empleado del kiosko, que debió sacar el techo de la máquina para que el menor pudiera salir por allí.
"Estaba asustado porque no podía salir, pero no quería soltar su peluche". En el momento que ello vio que no podía sacarlo, llamó a los dueños del negocio para contarles lo que había pasado. Con la ayuda de algunos vecinos, los encargados abrieron la parte de arriba de la máquina y lograron rescatar a Joaquín sano y salvo.
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