El estudio de Lancet en el que participaron más de 135.000 personas de 18 países encontró que las dietas altas en grasas incluidas las grasas saturadas e insaturadas se asociaron con un menor riesgo de mortalidad alrededor del 23% menos. En comparación, una alta ingesta de carbohidratos se asoció con riesgo mayor del 28% en relación con una muerte temprana.
Aunque organizaciones de salud alrededor del mundo advierten los riesgos de consumir demasiada grasa saturada que se ha relacionado con la elevación de los niveles de colesterol los autores del estudio dicen que los resultados sugieren que debe haber un enfoque en la reducción de la ingesta de carbohidratos en lugar de la ingesta de grasa.
Los doctores afirman que en los países de ingresos bajos y medianos donde de las dietas se obtiene más del 65% de la energía de los carbohidratos, las directrices deben enfocar su atención hacia la reducción de la ingesta de carbohidratos, en lugar de centrarse en la reducción de grasas.
Según los expertos una cierta cantidad de carbohidratos es necesaria para satisfacer las demandas energéticas durante la actividad física y por lo tanto las ingestiones moderadas, de alrededor del 50-55% de energía, probablemente sean más apropiadas que las ingestas de hidratos de carbono exageradas.
Las líneas de nutrición actuales aconsejan recortar todas las grasas y reemplazar la grasa saturada con algo de grasa insaturada. Si bien el estudio sugiere que tal vez se debería prestar más atención a la cantidad de carbohidratos en nuestra dieta, no significa que este grupo de alimentos debe evitarse por completo.
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