Sobre si la imagen corporal sigue siendo un tema de comentarios y acoso en las generaciones más jóvenes, Olivia M., una chica de 14 años que cursa el tercer año del secundario, respondió: “Claro que sí, los mandatos de belleza todavía siguen ahí. Quizás, mi generación no admitiría nunca un comentario como este, repudio total, pero todavía hay mucho por deconstruir en la mirada sobre el cuerpo propio y de los demás. Igual, la gran diferencia es que las generaciones anteriores, los padres, los abuelos, este señor que dice esta barbaridad, ni siquiera se dan cuenta de qué está mal en eso que dicen”.
Los especialistas advierten que aún permanecen los modelos ideales de belleza.
Los expertos emplean el término "bodyshaming" para referirse a la práctica de avergonzar a alguien públicamente debido a su apariencia física. “Es una especie de burla o broma o bullying relacionado con el cuerpo, el aspecto, la forma, el peso, la altura, algún rasgo del cuerpo”, explica la nutricionista Mónica Katz, vocal de la Sociedad Argentina de Nutrición y autora del libro La no dieta.
“Los argentinos somos absolutamente gordofóbicos. Estamos entre los cinco más gordofóbicos del mundo. Sin duda, las nuevas generaciones tienen la misma obesofobia, pero tienen un cuidado muy especial hacia hablar del cuerpo del otro. Lo tienen ya internalizado que del cuerpo del otro no se habla, que es violento”, explica Katz.
“El bodyshaming es una forma de violencia que es ejercida, sobre todo, contra las mujeres. Opinar sobre los cuerpos ajenos, que tienen que ser de determinada forma y si no son así, está bien que sean burlados. Eso genera que las personas empiecen a cuestionar su imagen corporal y empiecen a querer cumplir con los estándares de belleza y de cuerpo para no ser violentadas”, afirma Mercedes Estuch, representante en la Argentina de la organización internacional AnyBody.
La delgadez, en la Argentina, es sinónimo de belleza, advierten los expertos.
Una investigación realizada por la entidad hace unos años reveló que solo el 28,2% de los argentinos cree que su talla deseada se ajusta a la talla que realmente tiene. En otras palabras, apenas tres de cada diez personas están conformes con su físico. “Es muy complejo el entramado que hay detrás del bodyshaming. Los argentinos somos muy gordofóbicos y gordodiantes. Tenemos una cultura que venera la delgadez y asigna jerarquía a las personas por su aspecto físico”, dice Estuch.
Ideal estético
“El tema es que entre todos construimos un ideal estético de belleza con eje en la delgadez. Y la verdad que hay flacos y flacas feos, nada atractivos, nada bellos. Pero entre todos ubicamos ese rasgo único, aislado, que es la delgadez, como sinónimo de belleza. Eso hace que mucha gente lo busque. Y como, a diferencia de la obesidad o la corpulencia que era un bien de pocos hace un siglo, de quienes tenían dinero, hoy la delgadez no depende del dinero, pero también se vuelve un bien de pocos. Y todo bien de pocos es muy deseado”, agrega Katz.
“En la Argentina, por alguna razón, tenemos mucha preocupación por la mirada del otro y además miramos mucho al otro. Somos un país que está demasiado pendiente del cuerpo de los demás. Me parece que las generaciones nuevas están logrando entender que hay una diversidad corporal que hay que respetar. Este es un sesgo de nuestra cultura, lamentablemente", apunta Alicia Alemán, psicóloga especializada en trastornos alimentarios.
"No se habla del cuerpo de los otros", es un mandato que repiten incansablemente los centennials.
“Estamos viviendo un cambio cultural. El creer que inclusive la salud pareciera que solo viene en un cuerpo delgado cuando esto es una falacia tremenda. La salud viene en todos los tamaños. Así como los trastornos de la alimentación vienen en todos los talles y en todos los tamaños corporales”, sumó.
“El bodyshaming es una práctica que se usa mucho en discusiones, en situaciones de burla. En nuestra sociedad está naturalizado el opinar sobre el cuerpo del otro, para hacerlo sentir mal. Es una de las formas más frecuentes de agresión. Por eso, desde los movimientos de la diversidad corporal buscamos concientizar sobre el daño que esto tiene sobre la salud integral de las personas y sobre todo por su rol adoctrinante, porque a través de opinar sobre el cuerpo de las personas y particularmente de las mujeres lo que se busca es reducir la participación en ciertos ámbitos”, dice Estuch.
El desarrollo de un estándar de belleza, e incluso de "aceptación social", centrado en la delgadez, provoca gran malestar. “Ya hoy se habla de malestar corporal o de infelicidad corporal y te diría que es endémico en la Argentina. Es decir, se calcula que más del 70% de las mujeres tiene algún grado de malestar corporal”, detalla Katz.
Los especialistas usan el término bodyshaming, para hablar de esa conducta de avergonzar al otro públicamente por su imagen corporal.
Ámbito privado
“Este ideal hegemónico de belleza, que es incumplible para casi toda la población, fue armándose como una creencia cristalizada dentro de todos nosotros: para ser amados o para ser aceptados debemos vernos de tal o cual modo. Es una creencia difícil de destruir y esto hace que muchas personas sientan malestar con su cuerpo. Porque siempre hay algún aspecto de ese cuerpo que no está cumpliendo con la hegemonía. Y, aunque lo podamos entender emocional y racionalmente, termina generando una disociación entre lo que siento, lo que pienso y mi cuerpo. Como si mi cuerpo además debiera acatar mis ideas y portarse como quiero. Y en ese punto, esa disociación termina haciendo que lo maltrate. O que no me sienta cómoda con él. Estos discursos en personas con trastornos alimentarios impactan de una manera enorme”, agrega Alemán.
“La gordofobia no solo la sufren las personas gordas aunque si son las que lo viven en carne propia. Cuando se discrimina o se excluye a una persona por su aspecto físico, no solo se está dañando a esa persona, sino que también se está enseñando al resto lo que está bien y lo que está mal en esa sociedad”, agrega.
"El bodyshaming es una forma de violencia que es ejercida, sobre todo, contra las mujeres", afirman expertos.
No obstante, según los expertos, los comentarios pueden ser aún más dolorosos cuando provienen del círculo familiar. Este entorno es precisamente donde suelen ser más comunes, dado que las observaciones hechas en público a menudo enfrentan la desaprobación general.
Sin embargo, en el entorno íntimo, y a pesar de que las nuevas generaciones también luchan contra esto, estos comentarios continúan surgiendo en privado, a menudo bajo el pretexto de buenas intenciones.
"El tema es que entre todos construimos un ideal estético de belleza con eje en la delgadez", apuntan especialistas.
“El tema no es cuando un extraño comenta, no cae bien por supuesto, el impacto es fuerte, el problema es que cuando esos que te conocen, amigos, familia, compañeros, gente que sabe todo lo que sos aparte de este cuerpo y lo único que ven de vos es el cuerpo, ahí estás perdido. Esto sucede en familias, entre amigos, entre parejas, de padres a hijos, de abuelos a padres y a hijos. Se ve mucho en familias donde lo estético, lo que se muestra, no lo que sos, sino lo que se muestra, lo externo es muy importante como un logro personal, mucho más que la felicidad o algo profesional o académico. Allí, el trastorno alimentario de cualquier tipo está muy favorecido, de hecho yo lo llamo la tormenta perfecta”, indica Katz.
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