La suciedad se acumula con facilidad en la cocina. Pero hay un método sencillo para limpiarla.
Conservar la cocina impecable durante todo el año representa un verdadero reto. Aunque el verano aún está lejos, con su cercanía aumenta la necesidad de mantenerla limpia para prevenir malos olores y evitar la aparición de insectos como las cucarachas. Por eso, este truco casero resulta fundamental para tener en cuenta a la hora de cuidar la higiene de ese sector.
El uso diario y el constante tránsito de alimentos y utensilios favorecen la acumulación de suciedad en diferentes superficies, siendo los azulejos una de las más afectadas. Afortunadamente, existe un método casero fácil que permite dejarlos relucientes sin complicaciones.
La suciedad se acumula con facilidad en la cocina. Pero hay un método sencillo para limpiarla.
El truco para limpiar los azulejos de la casa
Muchas cocinas cuentan con áreas revestidas de azulejos, un recurso tanto estético como resistente al desgaste. No obstante, mantenerlos limpios es fundamental para preservar su apariencia y evitar que la grasa y el polvo opacuen su brillo natural.
Cuando la suciedad acumulada es demasiado persistente, el uso de agua y detergente por sí solo suele resultar insuficiente. Ante esto, hay un truco casero fácil y eficaz que permite restaurar su resplandor en cuestión de minutos.
Este método con limón y bicarbonato puede aplicarse en otras superficies de la cocina.
El método consiste en combinar jugo de limón con bicarbonato de sodio. ¿Cuál es la razón detrás de su efectividad?
La acidez del limón actúa como desengrasante natural.
El bicarbonato funciona como abrasivo suave y neutralizador de olores.
Combinados, el jugo de limón y el bicarbonato generan una reacción burbujeante que disuelve la grasa adherida y devuelve a los azulejos un acabado reluciente, sin recurrir a químicos agresivos.
Este truco casero no solo sirve para los azulejos de la cocina, ya que también puede aplicarse en la campana extractora, el microondas o las baldosas del baño.
Truco paso a paso para un limpiador casero de azulejos
Para elaborar y aplicar esta solución, se debe:
Exprimir el jugo de dos limones.
Mezclarlo con bicarbonato hasta obtener una pasta densa y homogénea.Extenderla sobre los azulejos utilizando un paño de cocina, un estropajo suave o un cepillo de dientes para las juntas más difíciles.
Dejar actuar durante 15 minutos y luego enjuagar con agua tibia.
Secar con un paño limpio para conseguir un brillo parejo y duradero.
Son áreas en las que suele acumularse suciedad.
Este remedio casero no se limita únicamente a los azulejos de la cocina: también puede utilizarse para limpiar la campana extractora, el microondas o las baldosas del baño, espacios donde la suciedad tiende a acumularse con facilidad.
Su principal beneficio es que no deja residuos químicos dañinos, evita irritaciones en la piel que provocan productos como el amoníaco y ofrece una limpieza profunda empleando ingredientes económicos y de fácil acceso.