Las cifras referentes a la actuación de Argentina en Matemáticas indican que solamente el 27% de los estudiantes de 15 años logran o superan el nivel de ejecución 2, clasificado como "básico". Para alcanzar esta categoría, los alumnos deben demostrar habilidad en la representación matemática de situaciones sencillas, como por ejemplo, la capacidad para comparar distancias mediante dos rutas alternativas o convertir precios a una moneda distinta.
Evaluación PISA a estudiantes: seis categorías de rendimiento
La evaluación PISA contempla seis categorías de rendimiento, donde el nivel 1 representa el más bajo y el nivel 6, el más elevado. En su edición más reciente, se centró principalmente en la disciplina de Matemáticas. En un hecho sin precedentes, los estudiantes argentinos, en 2022, completaron la prueba utilizando el formato digital. La muestra a nivel nacional abarcó a más de 12 mil alumnos de 15 años distribuidos en más de 460 instituciones educativas. Además, se llevaron a cabo muestras específicas en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.
En las áreas de Lectura y Ciencias, la mitad de los estudiantes argentinos no logran alcanzar los estándares mínimos, correspondientes al nivel 2 de desempeño. En la prueba de Lectura, obtuvieron un total de 401 puntos, situándose en la posición 58 de 81 países evaluados.
Por su parte, en Ciencias, los estudiantes argentinos alcanzaron un puntaje promedio de 406, lo que los posicionó en el lugar 60 de 81 países, según el reporte “¿Cómo le fue a Argentina en las pruebas PISA 2022?”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, elaborado por Martín Nistal, Eugenia Orlicki, Leyre Sáenz Guillén y Víctor Volman.
“Aunque ha habido un retroceso muy importante en los países de la OCDE, en los países de la región y en las jurisdicciones que participaron con sobremuestra, Argentina mantiene la estabilidad”, afirmó el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk. “Esa estabilidad se da al mismo tiempo que incorporamos chicos al sistema educativo: desde 2007 sumamos 20 puntos de inclusión en la escuela secundaria”, aseguró Perczyk a colegas de Infobae.
Los estudiantes de Argentina más destacados
Al igual que en 2018, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y Córdoba lograron desempeños superiores al promedio nacional, aunque experimentaron descensos más significativos. Los estudiantes de CABA alcanzaron un promedio de 424 puntos en Matemáticas, 449 en Lectura y 451 en Ciencias; mientras que los de Córdoba obtuvieron 394 en Matemáticas, 419 en Lectura y 422 en Ciencias. En cambio, Mendoza, que participó con una muestra propia por primera vez, obtuvo resultados prácticamente equivalentes a los nacionales en las tres áreas evaluadas.
“El gran desafío es lograr que nuestros chicos mejoren sus niveles de aprendizaje y para mejorarlos hace falta garantizar que haya clase todos los días, todas las horas y durante más años. Por eso es necesario garantizar que todos los chicos vayan al jardín, y que haya más horas de clase en la escuela argentina. Esto lo hemos incluido en la nueva Ley de Financiamiento Educativo”, sumó el ministro.
Caen los aprendizajes a nivel global
A escala mundial, los resultados de las evaluaciones PISA reflejaron una caída de rendimiento sin precedentes, en el rendimiento, según el informe publicado hoy. El desempeño promedio en los países de la OCDE descendió en 15 puntos en Matemáticas y 10 puntos en Lectura, mientras que Argentina mantuvo sus niveles bajos de rendimiento sin experimentar variaciones significativas.
Para explicar esta “dramática caída en el desempeño”, el informe PISA hace referencia al impacto de la pandemia de COVID-19, aunque también señala que la disminución en los niveles de aprendizaje es una tendencia de largo plazo, evidente durante al menos la última década en las evaluaciones a nivel internacional. Entre las excepciones a esta tendencia, el informe resalta los casos de Colombia y Perú, destacando su mejora continua en los resultados.
En la clasificación de PISA 2022, los países asiáticos ocupan las primeras posiciones. Singapur encabeza la lista con un puntaje promedio de 575, marcando una diferencia de 197 puntos en comparación con Argentina, equivalente a aproximadamente 5 años de educación. A continuación, se encuentran las regiones chinas de Macao (posición 2), Taipei (3) y Hong Kong (4), seguidas por Japón (5) y Corea (6). Completando el top 10 figuran Estonia (7), Suiza (8), Canadá (9) y Países Bajos (10).
Los países escandinavos, anteriormente reconocidas como referentes a nivel mundial, se encuentran en posiciones más bajas en la clasificación: el país mejor situado es Dinamarca, ubicado en el puesto 13, mientras que Finlandia experimenta una caída significativa al situarse en el puesto 20. A continuación, se encuentran Suecia (22), Noruega (32) e Islandia (37), ocupando posiciones más rezagadas en la lista.
Entre los cinco últimos lugares en la clasificación de PISA 2022, cuatro corresponden a naciones latinoamericanas: Guatemala (posición 77), El Salvador (posición 78), República Dominicana (posición 79) y Paraguay (posición 80). Tres de ellos, a saber, Guatemala, El Salvador y Paraguay, han participado por primera vez en esta edición. El último puesto a nivel global lo ocupa Camboya (posición 81).
“Aparece una clara paradoja, tanto para Argentina como para América Latina, donde los resultados no bajaron entre 2018 y 2022 pese al impacto de la pandemia, y pese a haber sido la región donde se suspendieron las clases presenciales durante más tiempo”, reflexionó Axel Rivas, director de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés (UdeSA).
“Esta paradoja tiene una cara positiva, congruente con el resultado de las pruebas Aprender 2022, que –tras la caída en 2021– mostraron que se logró sostener los niveles de aprendizaje previos a la pandemia. La cara negativa es que Argentina tiene resultados muy bajos, con grandes deudas históricas que se sostienen en el tiempo”, argumentó Rivas.
Sobre la razón por la cual Argentina y América Latina no empeoraron sus resultados como sucedió en otros países?, se indicó: “Una hipótesis es que muchas veces las evaluaciones no son sensibles a cambios en el corto plazo, tienen limitaciones metodológicas. Es posible que los resultados de los países con niveles más bajos tiendan a modificarse menos en el tiempo. La otra hipótesis posible es que los países de la región lograron sostener sus bajos niveles de aprendizaje en la pospandemia”, esbozó el especialista de UdeSA.
Un estancamiento prolongado que exige mejoras
“El derrumbe educativo argentino entre 2000 y 2022 va a demandar un esfuerzo enorme que aún no ha comenzado. Los datos corroboran lo que ya sabíamos por las pruebas Aprender y las pruebas de la UNESCO de 2019″, señaló Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella.
“Argentina está en la cola del ranking de los países de mayor desarrollo de América Latina, solo por encima de los países pobres latinoamericanos. Esto es coincidente con los datos de la UNESCO que muestran un derrumbe entre 1996 (cuando Argentina era 2°) y 2019 (puesto 11°, detrás de El Salvador). Chile, en cambio, se acerca al promedio de la OCDE”, explicó Narodowski.
En cambio, la perspectiva de Guillermina Tiramonti, experta en investigaciones de FLACSO, fue la siguiente: “La caída en los logros educativos de la Argentina solo se explica por el avance de un proceso de desinstitucionalización que sufre el país, que genera una pérdida de la eficacia del sistema y sus escuelas”.
Cuando se examinan los rendimientos en Matemáticas, se nota que en Argentina solo el 0,3% de los estudiantes se encuentra en los estratos superiores (niveles 5 y 6), en marcado contraste con el 8,7% de los alumnos en los países pertenecientes a la OCDE que logran alcanzar esos niveles. De manera similar, el porcentaje de estudiantes argentinos con rendimientos destacados en Lectura (1%) y Ciencias (0,5%) es extraordinariamente bajo.
“Del colapso no se salva nadie: en Argentina los sectores sociales de mayores recursos económicos evidencian un rendimiento que es igual al rendimiento del segundo quintil de ingresos del promedio de la OCDE; en otras, palabras, los más pudientes argentinos tienen un nivel educativo similar a los pobres de la OCDE”, agregó Narodowski.
“Los resultados en Argentina muestran un estancamiento sistemático desde 2009 a esta parte. Creo que los resultados de 2000, que se usan a menudo para contrastar, posiblemente se vinculan con los procesos más selectivos y excluyentes en la educación secundaria en ese momento”, dijo Irene Kit, presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos.
Para Kit, los resultados de Argentina marcan “un imperativo para la mejora generalizada del sistema educativo, en lo que hace a las formas y el tiempo dedicado al desarrollo de las capacidades de pensamiento vinculadas a la palabra escrita, el conocimiento lógico matemático y el pensamiento científico”.
“Si bien en los últimos años se puso en agenda pública la necesidad de mejorar la lectura, puede haber un error si se piensa que se termina de aprender a leer en el primer ciclo de primaria. Pero en matemática estamos en una situación dramática y de alto perjuicio para los y las adolescentes”, continuó Kit.
La experta añadió que los formularios adicionales de la evaluación acerca de la instrucción en matemáticas “pueden ser un buen punto de partida” para identificar estrategias de mejora, “si de verdad hay interés político, técnico y social en encarar esta necesidad de aprendizaje”.
En relación con este aspecto, Cecilia Veleda, doctora en Sociología de la Educación y expresidenta del Instituto Nacional de Formación Docente, resaltó las observaciones relacionadas con el ambiente escolar: “El 31% de los estudiantes argentinos dicen no poder trabajar bien en las clases (contra el 23% en los países de la OECD), 44% no escucha lo que dice el docente (contra 30% en la OECD) y 54% se distrae con dispositivos digitales (contra 30% en los países de la OECD)”.
Veleda valoró “la participación sostenida de la Argentina en PISA desde el año 2000, ya que es una evaluación muy bien diseñada y validada, que permite una comparación en el tiempo y nos aporta otra mirada sobre el sistema al medir capacidades (lectoras, científicas y matemáticas) y no la memorización de contenidos”.
En cuanto a los resultados, la experta planteó que “ojalá sirvan, en este momento de recambio de autoridades, para que el presidente y los gobernadores se comprometan con el tema”. Para Veleda, “el contexto de crisis económica, aumento de la pobreza y fragmentación política exige más que nunca liderazgo político para comenzar un proceso de mejora, que es difícil pero posible”.
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