Una realidad paralela a sólo cinco minutos del centro

En algún momento les mostramos la historia del Asentamiento 9 de Julio en Campo Verde. En este lugar se vive una historia muy difícil, a través de una protagonista muy comprometida, les contaremos de qué se trata. Una historia a tan sólo 5 minutos del centro.

Hace un tiempo atrás hablamos sobre el Asentamiento 9 de Julio, ubicado en el B° Campo Verde, a tan sólo cinco minutos del centro. Tuvimos la posibilidad de hablar con María Liz Martínez, una mujer  que es voluntaria y trabaja desde hace más de 20 años en el lugar ayudando a los que más lo necesitan.  

“Esto es un asentamiento que se ha ido armando en el barrio, es un cordón que se fue generando con el correr de los años donde llegó mucha gente migrando de la Puna y del Ramal”, comenzó diciendo María Liz.

Se lamentó que durante todos estos años, hubo una ausencia muy grande del Estado, tanto municipal como provincial, “eso ha hecho que esto crezca a la buena de Dios. Esta zona es muy peligrosa, estamos en medio de una zona de riesgo”, dijo.

En el lugar se pueden ver que las defensas que están en las márgenes del río son viejas, “la gente ha ido construyendo sobre ellas, es una bomba”.

Inclusive dijo que la gente que viene desde otros barrios a tirar basura, residuos, “somos el patio de atrás, inclusive esto se reproduce en un montón de lugares y asentamientos de Jujuy”.

En otro momento del relato, dijo que todos en el lugar se sienten “olvidados”. "Nadie viene a darnos una mano. Hay una superpoblación de empelados estatales que podrían hacer bases en los barrios y darle una mano a la gente. Falta mucha voluntad en Jujuy, desde los funcionarios hasta las instituciones”.

Ella, junto a otras personas, trabajan desde hace mucho tiempo en el lugar. “Cuando decidimos armar una organización social, fue muy difícil, he visto a personas adultas pelearse a trompadas por un plato de comida. Chicos sin dientes por falta de calcio, de 4 o 5 años. Mujeres que amamantan sin dentadura”, dijo María.

Aseguró que ese tipo de cosas no se las olvida más, otra situación muy compleja era ver cómo adultos y niños, se peleaban por llevarse la comida que sobraba a sus casas para poder comerla en la noche.

Por último, María Liz, expresó: “el que nosotros hayamos dejado todo eso a merced de la miseria, yo no le encuentro lógica, porque todos desde algún lugar podemos colaborar”.  

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