En un partido trabado y con pocas situaciones, el xeneize sumó un punto y le da la chance al equipo rosarino de acercarse a la punta.
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SUSCRIBITEEn un partido trabado y con pocas situaciones, el xeneize sumó un punto y le da la chance al equipo rosarino de acercarse a la punta.
Estudiantes, después del 1-4 en Colombia por la Libertadores y un andar lleno de altibajos en el último mes, decidió vestirse como aquel de otros tiempos, de los duelos de Copa donde la pierna fuerte mandaba sobre cualquier otra virtud. Y Boca no supo salir del encierro al que lo sometió el Pincha.
Fernando Gago suma un enorme cúmulo de valores positivos en su fútbol, pero en su debe carga con el sambenito de no aparecer en los encuentros de hacha y tiza. De hecho, los Superclásicos cuentan entre sus déficits más notables. Y justo una semana antes de un Boca-River que puede ser decisivo para el título, el Nº 5 que maneja los ritmos del equipo volvió a fallar y, con él, el puntero quedó lejos del juego que pretende y logra lucir de vez en cuando.
El conjunto de los Mellizos necesita la pelota para progresar, el movimiento de los delanteros para generar huecos, la agresividad de los laterales para ensanchar la cancha y ser profundo, la capacidad de Centurión y Benedetto para cambiar de posiciones por el centro y quitarle referencias a los defensores rivales. Muy poco de esto se vio anoche ante el granítico planteo de Estudiantes. Apenas la sapiencia de Pablo Pérez para encontrar los espacios vacíos y los compañeros bien ubicados.
Silvio Trucco, un árbitro que ayudó poco y nada a que el juego fluyera con cierta continuidad, jugó en ese sentido en favor del local, más allá de que la hinchada platense le protestara cada decisión (varias con razón). Para este tipo de partidos hace falta, antes que nada, imponer autoridad, y eso no significa necesariamente repartir tarjetas sino establecer un criterio claro.
No lo hizo el hombre del silbato y no lo tuvo prácticamente nunca el partido, que viajó de la tensión a la medianía y de un área a otra sin orden ni control. Los jugadores no desentonaron respecto de Trucco en los groseros errores cometidos, desde rechazos sin sentido hasta el gran blooper final de Andújar, que a dos minutos de los 90 quiso gambetear a Bentancur y la perdió. El uruguayo completó el recital de desaciertos terminando mal la acción y asegurando el lógico 0-0 definitivo, que parecía sellado hacía rato.
Aunque nada, ni nadie, se equivocó más que Nelson Vivas. De él se hablará en los próximos días. De él y de lo que decidan Estudiantes y la AFA. Como para ir sabiendo hasta dónde es cierto eso de los "nuevos tiempos".
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