Se fue. Volvió. Se fue y volvió a medias. La protagonista de la noche en Temperley fue la luz. Es que brilló por su ausencia en el estadio Berenguer, en el cierre de la fecha 28. Y, como resultado, el local y Gimnasia no pudieron jugar. La decisión de suspenderlo la tomó el árbitro Néstor Pitana.
El generador eléctrico de la cancha se llenó de agua y, si bien trabajaron para repararlo, no fue suficiente. "Iban a tardar una hora para que trajeran otro. Arrancar con el que estaba y que se volviera a cortar no servía. Se va a reprogamar", informó el juez, ante el lamento de todos: jugadores, cuerpo técnico e hinchas que colmaron el estadio con la esperanza de que el Celeste abrochara la permanencia en Primera. El Lobo, por su parte, volver a triunfar tras siete partidos.
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