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SUSCRIBITE Ya había avisado Marcelo Gallardo que no necesitaría ver qué salía en la perinola para elegir a los que viera “en las mejores condiciones”. En la práctica puso todo y el domingo pondrá todo. Lo mejor que tiene. Lo mejor que le queda. Los mismos 11 que imagina para ir cuatro días más tarde por la conquista de la Copa Argentina.
“Si pongo lo mejor es porque deseo ganar, lejos estoy de hacer demagogia”, había dicho el Muñeco. No hay dudas de que lo que busca el DT es “el combo completo”, como él mismo definió a esas 72 horas en las que intentará comerse el superclásico y la Copa Argentina que viene con un sundae -llamado Libertadores- de regalo.
El técnico que en dos años y medio metió tantas copas como el resto en más de un siglo volverá a jugar fuerte. La apuesta de poner lo mejor para enfrentar a Boca es una movida de riesgo no tanto por el desgaste que puedan acumular los jugadores (hay cuatro días para que recarguen las pilas hasta la final con Central) sino por la posibilidad de que algún soldado quede en el camino. Sobre todo con los defensores y los delanteros, puestos en donde escasean las variantes.
Con Larrondo en el quirófano y Alonso en recuperación, la única opción detrás de Driussi y Alario es Mora. Así, entonces, en Núñez deberán prender velas para que al Pipa no le pase nada porque si no el equipo irá a Córdoba sin un 9 de área. En el fondo, el panorama es bastante similar: Mayada sería la variante que se adapta a los laterales y los pibes Martínez Quarta y Montiel, los que quedan detrás de Maidana y Mina. El medio está un poco más poblado, aunque tampoco que es haya colas como las de ayer en la Ruta 2: triple cinco (Arzura, Rossi, Domingo) y dos para atacar (Andrade y Denis Rodríguez).
Este doble desafío en pocas horas remonta la memoria a noviembre del 2014, cuando un jueves empató 0-0 en la Bombonera (primera semifinal de la Sudamericana) y el domingo visitó a Racing, su escolta en el torneo local, a tres fechas del final. Gallardo optó por guardarse los titulares para la revancha y con un equipo alternativo cayó en Avellaneda y se le escapó el campeonato. “Fue una apuesta fuerte”, reconoció el técnico luego de la derrota. Después, la historia conocida: Barovero, Gigliotti, Pisculichi y adiós Boca...
Esta también es una apuesta fuerte. No quiere decir que sea equivocada. Sí arriesgada. Al Muñeco le sienta bien asumir riesgos y está en su derecho. “Me gustaría ganar el domingo y lograr la Copa Argentina. Me gusta pensar así”, contó de la misma manera que pensaría cualquier hincha de River. ¿Quién no quisiera festejar en el Súper y luego sumar otro título? Es riesgoso. Sí. Pero recién el domingo a la noche se sabrá si hay que pagar consecuencias.
Fuente: Olé
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