Dos personas comunes que se conocen casualmente y poco a poco van transformando esa relación en algo más. Francesca, la protagonista, no busca tener una historia con nadie ya que está felizmente casada y tiene dos hijos. Pero algo sucede cuando conoce a Ted.
Claudia Ferrari, la encargada de dar vida a El otro lado del deseo, se encarga de describir la sensación de cada personaje ante cada situación que va viviendo. "Todo su cuerpo reacciona y a pesar de que ella se niega a tener una relación fuera de los cánones del matrimonio, cede ante la propuesta de tener un encuentro entre adultos, de común acuerdo y en privado". De ahí los planteos que todo el tiempo se hace en cuanto al sexo, a las relaciones largas, a lo que está bien y mal.
En El otro lado del deseo también se habla de un contexto social muy actual en donde se muestra la rutina cotidiana de una mujer de cuarenta y tantos años. Separadas, solteras, divorciadas, todas tienen algo que contar. "Ted y Francesca son dos personas de mundos tan diferentes que por distintas circunstancias terminan separados por acciones mal interpretadas. Es interesante todo el planteo femenino por el abandono, por ese desaparecer tan común hoy en parejas nuevas que hasta rompen una relación con un simple mensaje de Whatsapp", contó Ferrari.
"Me gustan las historias de la gente común que de repente se ven envueltas en circunstancias que las sobrepasan. A mí me interesa la transformación que se da a través del amor", declaró la escritora. Ferrari intenta demostrar que toda acción tiene sus consecuencias y aquello que comienza como un juego entre adultos se va convirtiendo en algo más serio. Allí el deseo es importante como pulsión para cualquier acción, pero en el caso del amor de pareja, esa es la chispa inicial y el motor de todo.
El libro argentino, que comparte el estilo erótico del best seller 50 sombras de Grey, se postula como una de las promesas en las mesas de novedades de las grandes librerías. "Es una literatura para disfrutar en los ratos libres, de vacaciones o antes de ir a dormir y despertar la fantasía, eso es esencial. Encender el deseo sexual es lo primordial. A las mujeres nos gustan los relatos detallados del acto de seducción, a los hombres les gusta más lo visual que lo leído", finalizó.
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