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SUSCRIBITE Una historia conmovedora, con momentos muy tristes, pero con un final feliz.
María Farfán y la perra “Nana” protagonizan una historia de amor que tuvo momentos muy tristes, pero que tiene un final feliz: la mascota estuvo extraviada en la Puna jujeña por casi dos años, pero su dueña nunca bajó los brazos y recorrió más de ocho pueblos hasta que la encontró.
Todo comenzó en el 2016 cuando María viajó con la perra a Cieneguillas, localidad de La Quiaca, para celebrar junto a su familia de allí, la fiesta patronal de la virgen de Santa Bárbara, como lo hacía todos los años en el mes de diciembre.
En medio de la festividad, que era dentro de la casa de la madre de María, la perra despareció repentinamente. De inmediato empezaron a buscarla por todos lados y durante los días posteriores a la fiesta patronal, pero no había rastros de “Nana”.
María y su familia recorrieron todo el pueblo de Cieneguillas, luego fueron por otros lugares de la Puna como ser Roscaba, Rodeo, Casira, Piscuno, Calahoyo boliviano y argentino, Santa Catalina, entre otros.
La perra seguía perdida y su dueña tenía el corazón roto. Lamentablemente debía volver a capital, donde vivía, pero su cabeza y corazón se habían quedado en Cieneguillas buscando a su adorada mascota.
Y así el tiempo fue pasando, María regresó en enero al pueblo, pegó carteles, hizo difusión por medios locales y hasta la Policía colaboró con la búsqueda. Todos conocían el caso de “Nana”, pero nadie la encontraba.
La perra no aparecía y el dolor en su dueña crecía, desde que la había perdido nada volvió a ser lo mismo en su vida.
El reencuentro
Casi dos años habían pasado, corría el mes de julio del 2018 y una publicación en Facebook decía que una perra similar a “Nana” se encontraba en una zona de Santa Catalina.
Rápidamente, María viajó hacia el pueblo y cuando vio al animal de inmediato se reconocieron y reavivaron ese amor porque al mirarse se reencendió el cariño que se sentían. La perra la reconoció al instante y la felicidad que ambas portaban era inmensa.
“Nunca voy a olvidar ese día del encuentro, de cómo me explotó el corazón al verla y como ella me miró como diciéndome que me esperó. Fue una prueba que la vida nos dio y que nos unió más que nunca. Es un lazo irrompible, no me imagino una vida sin mi Nana”, expresó María Farfán en diálogo con TodoJujuy.com.
Y el amor sigue intacto
"Nana" hoy está cerca de cumplir 12 años y “la edad se le nota, camina más lento y tiene más sueño que antes, pero sigue siendo mi compañera más fiel. Seguimos yendo a todos lados juntas, a marchas, a festivales. Eso no cambió, lo que si cambió en ella es que ahora está atenta todo el tiempo a lo que yo hago y no despega su mirada de mí”, comentó.
Por último dejó un mensaje: “mi consejo para las personas que hoy no tienen a sus mascotas es que nunca se rindan, que no bajen los brazos porque ellos nos esperan y están llamándonos con su corazón. Yo la encontré después de dos años de calvario y tengo la certeza que ella me esperó todos los días, y yo no quise rendirme nunca. Por eso, busquen y no se cansen de buscar, porque San Roque y Dios los van a guiar”.
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