La sociedad recuerdo emblemáticamente el Éxodo Jujeño de 1812 enalteciendo la gran gesta heroica que dio paso a la independencia de los realistas. Sin embargo el pueblo jujeño libró tres batallas dejando todo a su paso a los largo de 15 años.
Éxodo Jujeño: Vivieron 3 éxodos pero se reconoce el primero
Guerras para la conformación de un estado soberano
Durante los quince años de la guerra, el suelo jujeño fue el campamento del Ejército del Norte en las tres avanzadas hacia el Alto Perú (1810, 1813 y 1814), brindando abastecimiento, arrieros, combatientes jóvenes y dinero (empréstitos); sufrió diez invasiones de las huestes realistas y fue ocupada tres veces (en 1812, en 1814 y en 1817) provocando los “éxodos o emigraciones” de sus habitantes.
Cuando no hubo tiempo para preparar la partida, la ciudad fue sometida al saqueo casa por casa (1818 y 1819); en el campo, cada invasión estuvo seguida de robo, destrucción y rapiña.
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El tercer saqueo y ocupación fue frenado por hombres jujeños en 1821 (Día Grande de Jujuy).
¿Cómo fueron el segundo y tercer éxodo en Jujuy?
El segundo éxodo vivido por el pueblo jujeño fue rápida y desordenada, en la medida en que las tropas derrotadas en Ayohuma llegaban a Jujuy perseguidas por las huestes realistas. Solo hubo tiempo de poner a salvo a los hombres, provocando el desmembramiento de las familias y no pocas vicisitudes a las mujeres.
Mientras que el tercer Éxodo, Jujuy fue invadido por 7.000 hombres. La mitad eran tropas españolas veteranas que venían de las guerras napoleónicas y cuyo objetivo era arrasar los focos revolucionarios, como lo hicieron desde Venezuela a Chile; solo restaba destruir la revolución en el Alto Perú y Río de la Plata y llegar a Córdoba, Buenos Aires y Montevideo.
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Después de someter La Paz y Potosí, el destino era Jujuy, que estuvo ocupada por cinco meses, durante los cuales se destruyó la ciudad, saquearon los bienes públicos y privados, utilizaron las iglesias como cuarteles. Como recordaba el Cabildo, en esa oportunidad “el regreso al pago fue más doloroso que la retirada”, pues nadie podía reconocer sus hogares.
Durante 15 años la guerra formó parte de la vida de los jujeños: invasiones, impuestos extraordinarios para solventar ambos ejércitos (realista y revolucionario), requisas, saqueos, robos, exilios... Fue una coyuntura de guerra y militarización que cambió la vida de los habitantes de Jujuy, sin distinción social o étnica, y sus efectos se hicieron sentir en todos los órdenes de la vida cotidiana.
Lo que conmemoramos no es un acontecimiento, sino el recuerdo de esa epopeya que actualiza el valor demostrado por la población de Jujuy durante la guerra de la Independencia, poniendo en relevancia la entrega generosa de sus habitantes en la lucha por la libertad.
Biografía:
- Dra. Viviana Edith Conti, investigadora de UNIHR-CIITeD (Unidad de Investigación en Historia Regional-Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Tecnologías y Desarrollo Social para el Noa) CONICET/UNJU. Autora del libro “El Éxodo de 1812”.