Este festival pagano marcaba el final de la cosecha y el inicio del invierno, una época en la que se creía que los límites entre el mundo de los vivos y los muertos se volvían difusos. Para protegerse de los espíritus, los celtas encendían hogueras y se disfrazaban, costumbres que con el paso del tiempo evolucionaron hasta convertirse en lo que hoy conocemos como Halloween.
Halloween, una de las festividades más esperadas del año, se celebra cada 31 de octubre.
Halloween.
Con el avance del cristianismo, Samhain se fusionó con la Víspera de Todos los Santos, dando origen a All Hallows’ Eve, término que con los siglos derivó en Halloween. Fue en el siglo XIX, con la migración de irlandeses a Estados Unidos, cuando esta tradición cruzó el Atlántico y se transformó en la celebración moderna que hoy conocemos: niños pidiendo dulces con el clásico “truco o trato”, calabazas talladas conocidas como jack-o’-lanterns y todo tipo de disfraces inspirados en criaturas sobrenaturales.
En la actualidad, Halloween se celebra en gran parte del mundo, con adaptaciones locales. Las ciudades se llenan de fiestas, desfiles y decoraciones temáticas, mientras que las casas embrujadas y los eventos especiales ofrecen experiencias tanto aterradoras como divertidas.
Más allá de su costado comercial y festivo, Halloween conserva un trasfondo simbólico: recuerda la conexión ancestral entre los vivos y los muertos, el paso de las estaciones y la eterna fascinación humana por el misterio y lo desconocido.