Lamentable realidad

Menores aspiran pegamento en cantera de calle Santiago del Estero, cerca de la terminal de ómnibus.

La cantera que está ubicada en calle Santiago del Estero, cerca de la terminal de ómnibus de nuestra ciudad, muestra un panorama no solo sucio, también es deplorable. La utilización de este sector como basural a cielo abierto, es constante y permanente. vendedores ambulantes que están ubicados en la cale Iguazú, personas inescrupulosas que también utilizan este cantero como foco infeccioso e inmediatamente arrojan todo tipo de basura, es una imagen cotidiana, lamentablemente cotidiana.

Pero lo mas lamentable, y que está a la vista de todos, es como muchos chicos de la calle se esconden en ese cantero, en medio de la basura, y comienzan a inhalar todo tipo de sustancias perjudicial para su salud. Una triste imagen que se observa casi en forma cotidiana, y a la vista de todos los jujeños. 

Una persona que toma la decisión de esconderse en medio del basural y comenzar a intoxicarse con sustancias de pegamento, no está bien, ni física, ni psicológicamente. Una sociedad que mira para otro lado cuando ve esta clase de situaciones, tambien está enferma. 

Negar el problema que surge con esta situación, es negar una realidad que nos da de lleno en la cara. 

Esto no sucede en un descampado solitario alejado del centro de la ciudad. Sucede a unos metros de la terminal, en una cantera convertida en basural y a la vista de todos, personas, muchos de ellos menores de edad, quedan completamente indefensos cuando deciden tomar esta decisión de perjudicarse en la salud inhalando pegamento.

Muchos de estos chicos son los que vemos deambulando por la terminal, pidiendo monedas y tratando de hacer cualquier cosa para ganarse unos pesos, pero lamentablemente no lo destinan a la comida, sino para adquirir este tipo de sustancias tóxicas que los terminan perjudicando.

De nada sirve también, ser coercitivos, y solicitar que las autoridades de seguridad se hagan cargo de este tipo de problemas, porque no están preparados para hacerlo. 

Las autoridades pertinentes, demás está decirlo ponen su mejor esfuerzo para hacer frente a este tipo de problemas. 

Negar el problema es deslindar estas responsabilidades. Los ciudadanos también somos responsables de esta situación. Aunque cueste decirlo, la bajada de Castañeda hasta la terminal, brinda un perfecto panorama de lo que es ese sector, mezcla de mugre y abandono, a metros de la terminal, lugar perfecto para que cualquier cosa pase, sea de día o de noche. 

Muchas veces la oscuridad de la noche termina siendo cómplice, la oscuridad los ampara, y la sociedad no se da cuenta. Pero cuando esto pasa a plena luz del día, con un tránsito permanente y constante, significa que algo está pasando en nuestra sociedad. Un síntoma del que tal vez no nos hemos dado cuenta y que termina siendo perjudicial para todos, y todos tenemos que hacernos cargo. 

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