La escasez de restos fósiles continuos en el tiempo ha impedido a los investigadores saber cuándo nuestra mano se convirtió en una estructura única, en un complejo engranaje formado por la muñeca, la mano y los dedos. Hasta el momento, gracias a los restos encontrados en la Sima de los Huesos y de la Gran Dolina, de 400.000 y 800.000 años de antigüedad, se sabía que las manos de estos antiguos pobladores ya tenían las manos muy parecidas a las actuales. De hecho los investigadores intuían que dichas semejanzas podrían remontarse mucho más atrás en el tiempo.
Este nuevo hueso hallado en Kenia se remonta a hace más de 1,4 millones de años y adelanta más de 600.000 años el desarrollo del proceso estiloideo de la mano. Este proceso es, básicamente, un reordenamiento de la muñeca que permitía realizar más y mejores tareas con las manos gracias a la estabilización y bloqueo de la articulación. Como explica la profesora de Patología y Ciencias Anatómicas en la Universidad de Missouri, en Estados Unidos, Carol Ward "lo que hace que este hueso sea tan especial es la presencia de una apófisis estiloides o proyección de los huesos en el extremo que se conecta a la muñeca. Hasta ahora, este proceso estiloide sólo se había encontrado en nosotros, los neandertales y otros homínidos primitivos”.
Este hallazgo paleontológico, publicado recientemente en Proceedings of the National Academy of Sciences, PNAS, está liderado por un equipo de investigadores de la Universidad de Missouri, en Estados Unidos.
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