El alcoholismo es una enfermedad que provoca la incapacidad de controlar el consumo de alcohol debido a una dependencia física y emocional. Uno de los grupos más populares para tratar esta enfermedad es Alcohólicos Anónimos, una entidad que está en 175 países de todo el mundo, que nació en 1935 y que hoy basa su plan de recuperación en un proceso de 12 pasos.
Alcoholismo: los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos
¿Qué son los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos?
En pocas palabras, los 12 pasos son un plan de recuperación para lograr superar el alcoholismo y pueden aplicarse a otras adicciones.
Las reuniones de Alcohólicos Anónimos suelen tener un formato simple: una presentación, una lectura, el testimonio de un miembro y una discusión abierta donde cualquiera de los presentes puede compartir sus logros, sus preocupaciones o sus pensamientos.
El alcoholismo es una enfermedad y podés tratarla
Es allí también donde se presenta el plan de los 12 pasos, uno de los pilares del programa de Alcohólicos Anónimos, que es usado en el 90% de los centros de tratamientos de adicciones e incluye la sumisión ante un poder espiritual superior, el reconocimiento del alcoholismo como un problema que no tiene final, la reparación de los daños causados a otras por la adicción y un despertar espiritual a través de la oración o la meditación.
Alcohólicos Anónimos fue fundada en 1935 por Bill Wilson y Bob Smith en Akron, en el estado de Ohio, en Estados Unidos, y se desprendió de una organización cristiana llamada The Grupo Oxford.
¿Cuáles son los 12 pasos de alcohólicos anónimos?
- Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
- Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros podría devolvernos el sano juicio.
- Resolvimos confiar nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, según nuestro propio entendimiento de Él.
- Sin temor, hicimos un sincero y minucioso examen de conciencia.
- Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestras faltas.
- Estuvimos enteramente dispuestos a que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
- Pedimos a Dios humildemente que nos librase de nuestras culpas.
- Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos perjudicado, y estuvimos dispuestos a reparar el mal que les ocasionamos.
- Reparamos directamente el mal causado a esas personas cuando nos fue posible, excepto en los casos en que el hacerlo les hubiese infligido más daño o perjudicado a un tercero.
- Proseguimos con nuestro examen de conciencia, admitiendo espontáneamente nuestras faltas al momento de reconocerlas.
- Mediante la oración y la meditación, tratamos de mejorar nuestro contacto consciente con Dios y le pedimos tan sólo la capacidad para reconocer su voluntad y las fuerzas para cumplirla.
- Habiendo logrado un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a otras personas y practicar estos principios en todas nuestras acciones.