La batalla contra el narcotráfico dejó muchos puntos débiles en los últimos años. Se ven mejoras en lo que es el control en las rutas, se están generando inversiones para hacer los controles de frontera, tanto por agua como por tierra, se lanzó ayer un plan contra las adicciones para insertar el tema en las escuelas. Sin duda, donde el fracaso fue notorio es en el control del movimiento y el lavado del dinero.
Todas las semanas se suceden ejemplos donde queda palmariamente demostrada la impudicia con que los delincuentes pueden manejar los fondos en Argentina.
En la semana que pasó, y sólo como ejemplo, podemos decir que se detuvo al n°2 del cártel mexicano de los Cuinis por un accidente de tránsito, pero la realidad indica que desde hace muchos años llegó con su familia, esposa y tres hijos menores de edad, vivía en el Hotel Faena, el más caro de Argentina, llevaba a sus tres hijos a sofisticados colegios, y abrió un supermercado top en la zona de puerto madero. A nadie se le ocurrió investigarlo. Era fuertemente buscado en todo el mundo.
También en esta semana arrancará el juicio al mítico delincuente “la Chancha Ale” en Tucumán. Llega a este juicio por enriquecimiento ilícito, con seis fincas, 19 casas, 10 autos, 9 camiones. Creó una empresa donde manejaba 5 casas de juego oficiales. Sin embargo, jamás pagó un impuesto, no tenía empleados y la empresa no estaba bancarizada.
Ejemplos como estos sobran en Argentina. Si queremos luchar contra el narcotráfico, la inteligencia es mucho más importante que cualquier control que se haga en las rutas.
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